¿Cuáles son los tabúes en la biblioteca del campus?
Cualquiera que haya asistido a la universidad ha tenido la experiencia de leer libros en la biblioteca del campus. La biblioteca es un lugar tranquilo para el autocultivo. Hay algunos comportamientos que están absolutamente prohibidos en lugares públicos de este tipo. Por ejemplo, algunas personas leen en voz alta o enseñan a los niños a leer en la sala de lectura de la biblioteca. Este comportamiento es molesto. La biblioteca es un espacio público. No se permiten sonidos ni ruidos. Aquellos. Sin ética. Aquellos que no saben que quienes cumplan con las reglas en las áreas públicas serán expulsados de la fábrica por el administrador. Algunos estudiantes inconscientemente lo leerán en voz alta cuando lean en la biblioteca. Además, hacen ruidos habituales, como el de girar un bolígrafo. Si estás callado nadie se preocupará por ti aunque hagas estos pequeños movimientos, porque todos están inmersos en la lectura, pero si siempre eres ruidoso. Interfiere con la concentración de otras personas. La comprensión lectora requiere mucha concentración y debe mejorarse. Sería malo si afectara a otros. Todos pueden ir a la biblioteca y leer libros. Independientemente del nivel educativo, no existe diferencia entre hombres y mujeres, pero recuerda influir en los demás. Es de mala educación hacer y contestar llamadas en la biblioteca. Otra situación es. Debido a que los recursos para sentarse en la biblioteca son escasos, muchos estudiantes ocuparán asientos inconscientemente. Les viene muy mal que pongan bolsas o objetos en sus asientos para declarar su soberanía. Pero no hay nada que podamos hacer si seguimos prohibidos. Todo depende de la gestión de la biblioteca.
Hay otra conducta que no puedo aceptar en la biblioteca y es la de comer. Algunas personas no emiten ningún sonido incluso cuando comen, pero el aroma de la comida fluye por todas partes. Está bien beber café y té, pero resulta especialmente molesto si se comen alimentos que estimulan mucho las papilas gustativas. He visto a algunos estudiantes masticando cuellos de pato en la biblioteca. El olor de esa verdura guisada se esparció por todas partes, era realmente asqueroso.