El origen del metro
El primer metro del mundo nació en Londres, Inglaterra, en los años 1940. En aquella época, el principal medio de transporte de los londinenses eran los carruajes tirados por caballos, lo que congestionaba muchísimo el tráfico de Londres, seguido de muchos accidentes de tráfico. Esto mantuvo ocupado a un abogado llamado Charles Pearson todo el día.
La gran cantidad de demandas lo hicieron sentir agotado, por lo que comenzó a pensar en cómo solucionar el problema de la congestión del tráfico para evitar frecuentes accidentes de tránsito. En ese momento, el tren se le metió en la cabeza. El tren es una gran herramienta porque es rápido y transporta muchos pasajeros. Pero luego lo pensé: ¿cómo podría el tren recorrer la calle de un lado a otro? Entonces abandonó la idea.
Un día, estaba limpiando en casa y encontró un agujero de ratón en la esquina de la pared. Se dio cuenta de que los trenes también podían circular bajo tierra. En ese momento, estaba muy emocionado. Entonces hizo esta sugerencia al gobierno y el gobierno la aceptó.
Así, el 10 de octubre de 1863 65438, nació en Londres el primer ferrocarril subterráneo del mundo.