El verdadero problema del verano
El sol de verano es ardiente y cuelga del cielo como una bola de fuego. Sólo había unas pocas nubes blancas en el cielo, las hojas de los árboles estaban inmóviles y no había ningún soplo de viento.
Las mariposas y las abejas se esconden en rincones oscuros. Pero las cigarras de los árboles seguían cantando y algunas hormigas en el suelo seguían ocupadas buscando comida.
Estaba jugando bajo un gran árbol con unos amigos. No hacía fresco a la sombra y no había viento. El sol brilla a través de las densas ramas y hojas, arrojando muchas manchas desordenadas en el suelo, como si el suelo estuviera cubierto con una alfombra dorada.