¿Qué es más importante, lo material o lo espiritual, para la educación de los niños?
En la educación de los niños, si se enfatiza ciegamente las cosas materiales, se debe alentar a los niños a perseguir sus deseos materiales por completo. Cuando los niños crecen, suelen sentirse inexplicablemente vacíos, indefensos e incluso enojados, como si su cuerpo hubiera sido vaciado y careciera de alma y sentido de la vida. Para escapar de este mal sentimiento, trabajarán más duro para obtener recompensas materiales, e incluso utilizarán cualquier medio para obtener estatus, poder y riqueza, tratando de sentirse vacíos. ¿Es esto realmente lo que los padres quieren ver?
Por el contrario, si animamos a los niños a prestar más atención a la vida espiritual e ignorar las cosas materiales en la educación, los niños a menudo quedarán atrapados en varias opciones cuando crezcan. La manifestación más directa es que los niños se enfrentan a la vida real en la realidad y no se atreven a intentarlo y correr riesgos fácilmente. ¿Por qué? La razón es sencilla. Son mejores para "vagar" en el mundo espiritual ilusorio, pero están lejos del mundo real representado por la materia y no saben cómo llevarse bien entre ellos. Por lo tanto, cuando estos niños crecen, sus vidas suelen ser insatisfactorias porque carecen de la capacidad de obtener suficiente vida material. La consecuencia es que en la vida real las personas se sienten extremadamente inseguras porque no tienen dinero, e incluso actúan de manera extremadamente cerrada y tienen baja autoestima. ¿Es esto lo que los padres quieren ver?
Entonces, ¿qué debemos hacer? De hecho, es muy fácil de hacer, basta con una frase: "¿Qué falta?" Los materiales son sumamente escasos, la educación material es lo principal y la educación espiritual es complementaria. Por el contrario, cuando no hay escasez de materiales, la educación espiritual es el foco principal y la educación material es complementaria. En este proceso, el orden de los dos debe ajustarse constantemente para que los dos tipos de educación se complementen y se promuevan mutuamente, a fin de brindar a los niños un futuro saludable y a largo plazo. Personalmente creo que la vida nunca es una elección sencilla, sino una respuesta sencilla en medio de la complejidad. Entonces, ante la pregunta de si elegir la educación material o espiritual para los niños, la respuesta que doy es que ambas son indispensables, pero debe haber una prioridad.