El estado planea integrar la educación laboral en la vida de los niños. ¿Por dónde deberíamos empezar?
En primer lugar, formular una educación laboral adecuada a los niños según sus características de edad. El contenido de las actividades debe ser consistente con el nivel actual de desarrollo de habilidades del niño. A medida que el niño crece, si aumenta adecuadamente la dificultad, podrá pasar de nivel con la ayuda de otros. Ampliar gradualmente el alcance del trabajo y profundizar la dificultad del trabajo. Los niños se pueden clasificar por edad y nivel de habilidad. Los niños más pequeños son débiles e inflexibles, por lo que su trabajo debe ser relativamente sencillo y poder completarse en poco tiempo. Deben centrarse en actividades independientes, como lavar, comer, dormir, levantarse, recoger la ropa de cama, etc. Los niños mayores básicamente tienen la capacidad de vivir y trabajar de forma independiente, y sus actividades pueden ampliarse para realizar algunos servicios de bienestar público dentro de sus capacidades, como regar el césped y los macizos de flores.
En segundo lugar, integrar la educación laboral de los niños en la vida. La vida es educación y la vida de los niños es también el proceso de su crecimiento. Por tanto, la educación laboral de los niños debe estar vinculada a la vida cotidiana. Puede enseñar a sus hijos a lavar platos y limpiar mesas, guiarlos a doblar colchas, quitarse y guardar la ropa, guiarlos a lavar la ropa, traer toallas, lavar tazas con un cepillo de dientes y guiarlos a usar productos sanitarios. y aseos de forma independiente. Cultivar a los niños para que se preocupen por los demás y tengan un sentido de responsabilidad colectiva. Por ejemplo, los maestros pueden guiar a los niños en la organización de libros y juguetes en el salón de actividades, guiarlos en la recogida de basura y podar árboles en el jardín de infantes y alentarlos a ayudar a sus padres a cocinar y lavar los platos en casa. Esta educación es de gran ayuda y tiene una fuerte penetración en la vida diaria, y los educadores pueden influir en los niños de manera inteligente.