¿Cómo son ahora los niños que crecen bajo la educación represiva de sus padres?
Falta de confianza en sí mismos: el fuerte control y la interferencia de los padres harán que los niños pierdan la capacidad de tomar decisiones independientes y se pierdan a sí mismos. -Confianza en la vida diaria, falta de confianza en sus propias capacidades y muchas veces necesitan reconocimiento y elogios de sus padres.
Autismo y rebelión: Bajo el estricto manejo de los padres, los niños pueden sentirse deprimidos e incapaces de expresarse, lo que resulta en autismo y rebelión. Pueden optar por evitar y escapar de la realidad, aislarse de los demás y trabajar a puerta cerrada, o pueden expresar su insatisfacción y protestar resistiendo y desafiando a la autoridad.
Ansiedad y depresión: Bajo el cultivo forzado y la exigencia de los padres, los niños pueden sentir una presión tremenda, perder el entusiasmo y la motivación por la vida y desarrollar ansiedad y depresión. El miedo a la incertidumbre y los reveses futuros también puede llevarlos a la lucha interna y al dolor.
Dependencia e incompetencia: Los niños pueden sentirse dependientes e incompetentes bajo la protección y cuidado de sus padres. Pueden tener dificultades para vivir de forma independiente y enfrentar desafíos cuando sean adultos, y carecer de una cognición y adaptabilidad adecuadas a la vida y la sociedad.
En términos generales, la educación represiva por parte de los padres tendrá un impacto negativo a largo plazo en el crecimiento y desarrollo de los niños, lo que requiere que los padres presten atención y cambien. Los padres deben brindar a sus hijos suficiente espacio para la elección y el desarrollo independientes, respetar la personalidad y la forma de pensar de sus hijos y, al mismo tiempo, brindarles la orientación y las normas necesarias.