¿Qué hace la embajada?
La responsabilidad principal de una embajada es representar al país de envío y promover las relaciones políticas entre los dos países, seguido de promover las relaciones económicas, culturales, educativas, científicas, tecnológicas y militares. La embajada también tiene funciones consulares. Promover las relaciones y los intercambios entre personas entre los dos países es una responsabilidad importante del consulado, pero su principal responsabilidad es el trabajo consular, como salvaguardar los derechos e intereses legítimos de sus ciudadanos y personas jurídicas en países extranjeros, emitir o extender pasaportes para sus ciudadanos y expedición de visas para ciudadanos extranjeros.
El origen de la embajada
Según los registros históricos, las ciudades-estado griegas se habían enviado misiones entre sí desde muy temprano. El historiador griego Suchidides habló una vez de las relaciones diplomáticas entre los griegos. Incluso entonces, se dice, las ciudades-estado aceptaban embajadores de sus respectivos territorios y los trataban con cortesía. En el siglo V a. C., los intercambios diplomáticos entre ciudades-estado se habían vuelto muy frecuentes y había surgido un sistema similar a los intercambios diplomáticos formales modernos.
Los antiguos romanos también mantenían relaciones mediante tratados con algunos países vecinos, y sus enviados diplomáticos participaban activamente en el establecimiento de dichas relaciones. Los antiguos romanos respetaban a los enviados extranjeros y, en general, evitaban interferir en los asuntos personales y de propiedad de los embajadores extranjeros enviados específicamente a Roma.