¿Qué movimiento creó "La Internacional" y qué tipo de espíritu revolucionario encarnó?
En 1870, Francia entró en guerra con Prusia (más tarde Alemania). Francia fue derrotada y el ejército de Pu llegó a la ciudad. El gobierno francés se rindió ante el mundo exterior y se preparó para reprimir al pueblo nacional. En marzo de 1871, estalló un conflicto entre las tropas gubernamentales y la "Guardia Nacional" civil armada de París, lo que provocó el estallido del levantamiento de los trabajadores de París.
Los trabajadores rebeldes pronto ocuparon toda la ciudad y expulsaron al gobierno burgués. Pronto el pueblo eligió su propio poder político: la Comuna de París. Sin embargo, el gobierno burgués no estaba dispuesto a fracasar y lanzó un ataque contra la Comuna de París. Del 21 al 28 de mayo, los combatientes de la comuna lucharon ferozmente con los enemigos que irrumpieron en la ciudad. Más de 30.000 combatientes de la comuna murieron heroicamente, lo que se conoce en la historia como la "Semana Sangrienta de Mayo". El día 28 París cayó y la Comuna de París acabó en fracaso. La Comuna de París fue el primer gran intento del proletariado de establecer el poder político. El espíritu intrépido de los luchadores de la Comuna frente a enemigos poderosos inspirará para siempre a las generaciones futuras.
Aunque la Comuna de París fracasó, nació la Internacional. Poco después de la derrota de la Comuna, Eugène Pottier, uno de sus líderes, escribió la letra de "La Internacional". Más tarde, después de que el compositor DeGette compusiera la música, "La Internacional" fue cantada ampliamente en todo el mundo.
"La Internacional" es un Andante de cuatro tiempos en si bemol mayor. Toda la canción tiene una sola melodía que recorre el principio y el final, y tres letras de uso común. A continuación se muestra una versión adaptada para instrumentos de viento. Después de la trágica obertura, entra el primer tema profundo, que muestra la integridad inquebrantable de los revolucionarios, la melodía en medio de la música se convierte en realidad en una melodía dominante (es decir, fa mayor), que es siempre solemne y poderosa, con cada vez más detalles; en la melodía se revela cada vez más luz y esperanza; finalmente, el preludio de la música reaparece de forma natural, terminando en una atmósfera majestuosa y luminosa.