¿Cuáles son los beneficios de estimular las bisagras de Mimosa pudica? Si no, ¿por qué surgió en la evolución y sigue siéndolo hoy?
Resulta que las hojas y pecíolos de Mimosa pudica tienen estructuras especiales. En los pecíolos y las bases de los folíolos de las hojas compuestas, hay una parte relativamente agrandada llamada almohada foliar. El pulvinar es el más sensible a la estimulación. Una vez en contacto con la hoja, la estimulación se transmite inmediatamente a la almohadilla en la base del pecíolo, provocando que las dos pequeñas hojas se cierren entre sí. La fuerza táctil es fuerte, no sólo a la almohadilla de los folíolos, sino también a la almohadilla. almohada en la base del pecíolo pronto, haciendo que todo el pecíolo se caiga. ¿Por qué sucede esto? Esto se debe a que hay un gran haz vascular en el centro del hueso occipital. El haz vascular está rodeado por parénquima y tiene muchos espacios intercelulares. Cuando la vibración se transmite al lóbulo occipital, el líquido celular de las células del parénquima de la parte superior del lóbulo occipital se descarga al espacio intercelular, lo que reduce la presión de turgencia de las células superiores del lóbulo occipital, mientras que la presión de turgencia original del espacio intercelular inferior aún se mantiene. Como resultado, los folíolos se mantienen erguidos, los dos folíolos están muy juntos e incluso toda la hoja cuelga. Alguien ha estudiado que las hojas de Mimosa se cierran en 0,08 segundos después de ser estimuladas.
La velocidad de conducción también es muy rápida después de ser estimulado, alcanzando la velocidad máxima los 10 cm por segundo. Después de la estimulación, después de un tiempo, todo volvió lentamente a la normalidad, los folíolos se desplegaron nuevamente y los pecíolos se levantaron. El tiempo de recuperación suele ser de 5 a 10 minutos. Sin embargo, si seguimos provocando y estimulando sus hojas una a una, se sentirá "aburrido" y ya no responderá. Esto se debe a que la estimulación continua hace que el líquido celular de las células del lóbulo occipital se drene y no pueda reponerse a tiempo.
Esta habilidad especial de la mimosa tiene sus raíces históricas. Su ciudad natal es Brasil, en la zona tropical de América del Sur, donde a menudo se producen fuertes vientos y lluvias intensas. Cada vez que la primera gota de lluvia golpea una hoja, inmediatamente la cierra y deja caer el pecíolo para evitar daños por la tormenta. Esta es una adaptación a los cambios en las condiciones ambientales externas. Además, el movimiento de la mimosa también puede verse como una forma de autodefensa. Cuando el animal la toca ligeramente, cierra la hoja y el animal no se atreve a comer más.