Anécdotas históricas y curiosidades
2. Napoleón, un hombre talentoso, en realidad fue "derrotado" por un conejo. Aunque Napoleón había vivido muchas guerras, en una "batalla" especial se encontró con un grupo de conejos. La situación es ésta. En aquella época, Napoleón participó en una celebración de caza y soltó un grupo de conejos domésticos, unos 1.000 conejos. Los conejos pensaron que Napoleón estaba buscando comida y corrieron hacia él. Esta escena también asustó a Napoleón.
Genghis Khan creó una vez un sistema postal internacional. Facilitar la comunicación durante las marchas y los combates. Se estableció una extensa red de comunicaciones. Este sistema consta de pequeñas estaciones repartidas por todo el país. El personal responsable de la entrega puede detenerse cada pocos kilómetros para descansar y recuperar fuerzas, de modo que puedan recorrer más de 300 kilómetros diarios para entregar información y artículos importantes. Además, el sistema se puede utilizar para proteger la seguridad personal y de propiedad del personal importante.
Colón dijo una vez que había visto una sirena, y que la sirena no era tan hermosa como él imaginaba, e incluso tenía un rostro masculino. Los historiadores coinciden en esta teoría de que vio manatíes, no sirenas.
Chaplin perdió contra sí mismo. Después de que Chaplin se hiciera popular, hubo una ola de imitadores. En 1915, se celebró en San Francisco un "Espectáculo de imitación de Chaplin". Después de enterarse del evento, participó en secreto en la competencia usando el nombre de otra persona. El resultado fue sólo el tercer lugar, lo que dejó estupefacta a la gente. Chaplin perdió consigo mismo. Parece que no se parece en nada a Chaplin.
6. Los gladiadores romanos tenían sus propios modelos de personajes. En aquella época, los gladiadores equivalían a grandes estrellas y tenían muchos fans. No sólo tienen retratos en lugares públicos, sino que incluso muchos juguetes infantiles tienen relación con ellos. Además, su sangre y sudor incluso se podían vender, y las ventas seguían siendo considerables, y las mujeres de la época los utilizaban como cosméticos.
Autor: Liu Xiang