Weibo, un ensayo lírico sobre los compañeros de clase.
Una vez pensé que había experimentado demasiados cambios en la vida y nada podía hacerme llorar fácilmente. Pero cuando mis antiguos compañeros se volvieron a encontrar, todos se llenaron de alegría y emoción, y tenían lágrimas en los ojos. Las palabras que quise expresar durante muchos años parecieron atascarse en mi garganta y lágrimas silenciosas reemplazaron todas las palabras.
Después de muchos años de separación, cuando volviste a llamarme por mi nombre, con una voz tan larga y familiar, realmente no podía creer lo que estaba viendo, como si estuviera de nuevo en clase. No sé cuántas veces tienes que llamarme todos los días y el sentimiento de intimidad surgirá espontáneamente.
¡Inolvidable! Tocamos juntos la melodía de la juventud, experimentamos juntos los dolores de crecimiento y soportamos juntos la presión de los exámenes. Preparamos lecciones y hacemos experimentos juntos. Dividiremos el trabajo para el proyecto de graduación. Somos buenos en dibujo mecánico, responsables del dibujo de todo el grupo, buenos en conocimientos teóricos, responsables del diseño de circuitos y de redacción de la tesis de graduación. Nos entendemos bien. . Hoy echaremos un buen vistazo atrás.
¡El tiempo universitario es pasajero, dejándonos risas y momentos inolvidables! Somos como hermanos. Para acumular las cuotas de las clases, toda la clase salía a la calle a vender cintas vírgenes, trabajaban en la granja y sudaban juntos. ¡No puedo olvidarlo! Cada rincón del edificio docente tiene nuestro aliento y las huellas de nuestra juventud. No podemos olvidar nuestro almuerzo y compartir juntos la dulzura de los platos. No puedo olvidar... Realmente hay muchas cosas que no puedo olvidar...
Después de graduarnos, tomamos caminos separados y nos casamos uno tras otro. Nuestros hijos son ahora nuestra vejez. La presión de la vida hace que guardemos en nuestro corazón las ganas de estar juntos. Nunca hemos estado desconectados, pero nunca hemos olvidado que la vida nos quitará muchas cosas, pero no podemos quitarnos la verdadera y pura amistad entre compañeros durante tres años. . Creo que esta profunda amistad entre compañeros se ha convertido en una mina que calienta nuestros sentimientos y se ha convertido en la posesión más pesada de nuestras vidas.
Es otro invierno nevado y nos damos la mano y nos abrazamos de nuevo. En este momento viajamos a través del tiempo y el espacio y regresamos al pasado. La risa del recuerdo resonó en mis oídos y lágrimas de emoción corrieron por mis mejillas. No importa cómo pasa el tiempo y cómo cambian los años, creo que el profundo afecto de los estudiantes siempre será atesorado en los corazones de los 37 estudiantes de la Clase 86...por siempre, por siempre...