La historia debe ser recordada.
Hace más de 70 años, en febrero y marzo, el ejército japonés capturó Nanjing y masacró a soldados chinos y civiles desarmados que depusieron las armas durante seis semanas. La masacre, que mató a 300.000 personas, conmocionó tanto a China como al mundo, trajo dolor eterno al pueblo chino y clavó a los agresores japoneses en el pilar de la vergüenza de la historia. Al recordar esta dolorosa historia, comprendemos profundamente el sufrimiento de la invasión y el saqueo. Estaremos más decididos a seguir el camino del desarrollo pacífico y utilizar medios de desarrollo pacífico para lograr el objetivo del desarrollo pacífico. Los jóvenes deben recordar la historia y extraer de ella el poder del rejuvenecimiento nacional. Dejemos que China, que se levanta pacíficamente, se convierta en una fuerza importante para mantener la paz mundial. Esta frase no es sólo una advertencia para los jóvenes, sino también una voz para la gente de todo el país.
Muchos japoneses ahora optan por olvidar o no reconocer la historia. Como víctimas, nunca debemos olvidar la historia.