La primera persona en la historia que murió asfixiada no defecó durante 36 meses y sus heces pesaron 36 kilogramos. ¿Cuál es la verdad?
Este hombre se llama John y nació en Estados Unidos en el siglo XIX. En ese momento, la tecnología no estaba tan avanzada como ahora y la tecnología médica también estaba relativamente atrasada. John creció en una familia pobre. Cuando era adolescente, empezó a trabajar en un circo para ganarse la vida y se convirtió en artista de circo.
Cuando tenía alrededor de 20 años, John siempre estaba estreñido, pero al principio no le prestaba mucha atención. Pensó que era sólo un problema menor. John no acudió al hospital para hacerse un chequeo hasta que este pequeño problema que no había notado poco a poco le hizo sentir cada vez más doloroso e incluso empezó a afectar su trabajo. Pero el médico no pudo hacer nada al respecto y sólo le dio algunos laxantes.
John tomó laxantes hace unos días y empezó a sentirse mejor, pero su estado pronto se agravó. John no ha defecado en meses. En circunstancias normales, la gente tiene que excretar cada uno o dos días. John no había defecado en meses, lo cual era increíble. Al no poder soportarlo, tuvo que ir nuevamente al hospital y finalmente pidió al médico que le hiciera un enema.
Debido a que tenía que ir al hospital para hacerse un enema cada tres días, John apretó los dientes y compró un equipo de enema para el hogar, aprendió los conocimientos relevantes y comenzó a hacer enemas en casa. Pero cuando John cumplió 45 años, los enemas ya no eran efectivos. Por un lado, no excreta y, por otro, sigue comiendo. El vientre de John se hacía cada vez más grande y a menudo sentía dolor.
Después de 36 meses sin excreción, John finalmente se convirtió en la primera persona en la historia en morir por asfixia. Su enfermedad también despertó la curiosidad de los médicos. Con el consentimiento de la familia de John, los médicos realizaron una autopsia al cuerpo de John. Todo el proceso también fue una muy mala experiencia para el médico.
Más tarde se descubrió que las heces en el cuerpo de John pesaban 36 libras. La razón de su "barriga" también se debe a que se acumulan demasiadas heces en los intestinos, lo que eventualmente hace que el cuerpo no pueda soportarlas. Posteriormente, los intestinos de John fueron enviados al Museo Matt de Filadelfia, un museo médico estadounidense que alberga varios especímenes patológicos anormales y algunos instrumentos médicos antiguos.