¿Cómo escribes 800 palabras cuando te encuentras en una discusión?
Sí, hay demasiadas cosas que no puedes tener, pero en realidad puedes tener más, siempre y cuando te encuentres a ti mismo.
Encontrarse a uno mismo es el requisito previo para conocerse correctamente. Como dice el refrán: "Una regla es corta, una pulgada es larga". Por supuesto, no eres una persona perfecta. Tienes tus propios defectos, pero también tienes tus propias fortalezas. Primero, encuentre sus puntos fuertes. El descubrimiento de tus propias fortalezas puede potenciar tu confianza en ti mismo, y entonces esta afirmación plena de ti mismo te hará mantener la cabeza en alto y avanzar con la cabeza en alto. Confianza, autoestima, amor propio. Esforzarse continuamente por la superación personal. Al identificar sus propios defectos, puede evitar que se desarrolle la arrogancia. Las ventajas y desventajas son como la existencia de luces y sombras. Sería injusto y objetivo negar todo esto. Sólo descubriendo sus propias fortalezas y debilidades las personas pueden hacer una evaluación objetiva e integral de sí mismas. No son ni arrogantes ni autocríticos.
Encontrarte a ti mismo es más que solo tu propia base. Sólo cuando las personas se evalúan a sí mismas de manera objetiva e integral podrán tomar medidas específicas para aprender de las fortalezas y debilidades de los demás de acuerdo con las necesidades reales, lograr cambios cualitativos a través de cambios cuantitativos y así promover sus propios saltos. El primer ministro británico Churchill es famoso por sus brillantes discursos. En su discurso, su dicción, tono, gestos y expresiones revelaron una fuerza y un coraje extraordinarios. Los discursos radiofónicos de Churchill durante la Segunda Guerra Mundial se convirtieron en el pilar espiritual de la resistencia militar y civil británica a la agresión fascista. ¿Pero quién lo hubiera pensado? Para cambiarse a sí mismo, el joven Churchill descubrió sus fortalezas y debilidades: la perseverancia en sus sueños y su personalidad tímida. A partir de entonces, Churchill empezó a entrenarse estrictamente. Años más tarde, finalmente superó sus defectos y pasó de ser un niño enamorado de Ai a convertirse en un líder nacional afable e impactante.
De hecho, cada uno es un grano de arena dorada en la vasta arena amarilla. ¡Qué difícil es para las personas reconocerse en este ojo dorado! Por lo tanto, solo espero con ansias la arena dorada que otros afirman, y después de no encontrarme con Bole durante mucho tiempo, poco a poco me considero una arena amarilla ordinaria, enterrándome así. ¡Esas arenas doradas que pueden encontrarse pueden mantener la cabeza en alto indomablemente bajo el sol abrasador y mostrar su luz única y brillante!
¡Encuéntrate a ti mismo y el mañana será diferente!