Prosa antigua
Lo más olvidadizo es el mal de amores.
La acuosa luz de la luna se cuela a través de la celosía de la ventana, las sombras de las tallas huecas son como tinta espesa salpicada sobre la piedra azul, y las flores del atardecer caen silenciosamente sobre las palmas cristalinas de la niña. El musgo es como una cascada, envuelta en una tenue luz plateada por la luz de la luna, tan suave como el agua que se hunde, cayendo hasta la cintura.
Ella está aquí esperando a alguien, una obsesión, una relación que nunca se irá.
He estado esperando tanto tiempo que me he olvidado del paso del tiempo, pero él aún no ha regresado. Quizás regrese pronto, quizás nunca regrese.
Me pregunto si será el huésped del sueño el que está viejo y tiene sueño.
Poco a poco, olvidó lo que había estado anhelando y lo que estaba esperando. La belleza lucha con los años y se niega a marchitarse. Tengo miedo de que cuando te vea el año que viene no reconozcas mi cara.
Suspiro, la persona más despiadada del mundo es un transeúnte. Se va tras mi vida y nunca se acerca. Sólo cuando se acerca el sonido de los cascos de su caballo puedo sentir la ternura como la niebla y la lluvia. .
El amor y el odio como la fragancia de la tinta, en el aire húmedo, las ramas de los sauces se balancean y el pasado se ondula. Innumerables cejas nacidas del odio empañan el pasado. Solo recuerdo vagamente que en el crepúsculo cerca de las alas del cuervo, la delgada silueta parecía una flor en ciernes que se había marchitado antes de florecer.
En un abrir y cerrar de ojos, desaparece en un instante.
Estaba de pie en el pabellón, con musgo trepando por su frente y bayas de color rojo brillante floreciendo en sus labios.
Ella empezó a olvidar. La memoria humana se va moteando lentamente como una página de papel rasgado. Una vez que le des la vuelta, te sacudirás el polvo crujiente y olvidarás el pasado. Aquellos que amaron, odiaron, persistieron y se dieron por vencidos gradualmente se desvanecieron en contornos vagos, incapaces de reconocer el pasado.
¿Aún te acordarás de mí? ¿me olvidarás?
Nada que decir. Sólo el viento soplaba entre las flores de peral y cayeron las primeras nevadas.
Si no es adecuado, puedes preguntar, espero que sea adoptado, ¡gracias!