La importancia de la ética
Cabe señalar que la infancia es un período importante para la germinación y formación de la personalidad humana. Los niños son jóvenes, imitativos y plásticos. Es muy importante aprovechar esta buena oportunidad para ilustrarlos sobre el comportamiento moral. Si se pierde esta oportunidad, los bebés y los niños pequeños desarrollarán algunos malos comportamientos y hábitos, que a menudo se prolongan hasta la adolescencia y afectan directamente el crecimiento saludable del niño. Por ello, es muy importante brindar educación moral a los niños desde una edad temprana.
Todos los padres aman a sus hijos y desean el éxito. Para ello, primero debemos cultivar el buen carácter moral de los niños y prestar atención a la educación moral. Debemos partir del punto de partida de la formación del carácter, centrándonos en los antepasados, para que podamos dejar huellas muy sólidas, hermosas y profundas en el cerebro de los niños desde el principio. La educación ilustrada se refleja principalmente en la educación familiar. Cuando los niños nacen, su primera alegría, enojo, tristeza y alegría, la primera vez que aprenden a hablar, la primera vez que aprenden a caminar, la primera vez que comprenden la verdad, todo sucede en casa. Independientemente de si los padres los educan consciente o inconscientemente, los niños reciben la educación inicial de sus padres, como dibujar en papel, cómo dibujar el primer trazo, cómo componer el dibujo y de qué color dibujar. niño para dibujar una hermosa imagen de la vida en el futuro importante. La educación inicial en la familia tendrá un impacto en la vida de una persona.
¿Cuándo debería comenzar la educación moral ilustrada? En general, se cree que el período comprendido entre los 2 y 3 años y los 6 y 7 años es un período importante en el que el carácter moral y la personalidad de una persona comienzan a formarse. Durante este período, la actividad neuronal del cerebro de los niños es muy plástica y puede aceptar fácilmente diversos estímulos externos para formar conexiones neuronales temporales. En este momento, todo lo formado es muy sólido y se convertirá en una "segunda naturaleza". La práctica ha demostrado que a menudo es mucho más difícil transformar la mala personalidad y el carácter moral de una persona que cultivar una buena personalidad y carácter moral. Por lo tanto, los padres deben dominar estas cualidades de sus hijos de manera temprana, estricta y metódica para lograr buenos resultados. La clave de la plasticidad del carácter moral reside en la educación. En educación es necesario inspirar a los niños a conocerse a sí mismos, dar buenos ejemplos a imitar, fortalecer conceptos colectivos y formar hábitos civilizados. El desarrollo del carácter moral humano dura toda la vida, por lo que la educación es también un proceso repetido y a largo plazo.
En primer lugar, debemos cultivar su amor por sus padres, profesores, compañeros y personal de la guardería. Desde el cuidado de los juguetes en casa, hasta el cuidado de todo en el jardín de infancia, el cuidado de la propiedad pública, etc.
El comportamiento civilizado y educado refleja el nivel de civilización espiritual y las costumbres morales de un país, una sociedad, una nación y una familia. También es un reflejo concreto de si una persona tiene educación o no. Por lo tanto, los padres deben prestar atención a cultivar un comportamiento civilizado y educado en sus hijos. Los contenidos principales de la educación sobre conducta civilizada y educada de los niños incluyen:
(1) Saludar a las personas con entusiasmo. Los adultos deben escuchar atentamente y responder cortésmente.
(2) Cuando pida ayuda a otros, utilice un tono de consulta; agradezca por recibir ayuda de los demás.
③No hurgues en las casas de otras personas ni tomes cosas; discúlpate por molestar a los demás.
④Coloque los juguetes y artículos de forma ordenada después de su uso.
8 No te apresures, siéntate y párate.
6. Llevar una vida normal, levantarse a tiempo y acostarse a tiempo.
⑦No pelees, no maldigas, no maldigas, no maldigas.
⑧ Presta atención a la higiene y no orines ni escupas en ningún lado.
⑨ Observar el orden público, no pelear ni hacer ruido.
⑩Cuidar la propiedad pública y no dañar flores, árboles e instalaciones públicas.
Al mismo tiempo, se debe capacitar a los niños para que realicen trabajos de autoservicio dentro de sus capacidades y mejoren sus habilidades de autogestión. Por ejemplo, después del año de edad, los niños pueden imitar a sus padres haciendo algunas tareas domésticas sencillas, agachándose junto al lavabo de su madre y aprendiendo a lavarse las manos con un pañuelo, comer con cuchara, beber de un cuenco, limpiarse la nariz. con un pañuelo, lavándose las manos y la cara, etc. A medida que los niños crecen, se desarrollan sus actividades independientes. Después de los 3 o 4 años, algunos niños pueden aprender a ayudar a sus padres a lavar los platos, barrer el piso y sacar la basura. Durante estas labores se pueden cometer algunos errores, como salpicar agua al suelo, esparcir arroz por el suelo, romper cuencos, ensuciar la ropa, etc.
En este momento, los padres no deben culpar ni prohibir, ni hacer lo contrario. Más bien, debemos ayudarlos y alentarlos pacientemente para que las semillas de estas labores tan valiosas puedan desarrollarse gradualmente.
Los padres deben guiar rápidamente a sus hijos para que extiendan su amor hacia los padres y la familia para que amen a sus compañeros, amen al colectivo y respeten a los maestros y a los mayores. Deben crearse oportunidades para que los niños interactúen con niños de su misma edad, participen en la vida colectiva y tengan contacto con adultos. En estos procesos, se capacita a los niños para que se preocupen por sus compañeros. Por ejemplo, preocuparse por los niños que se han caído y han resultado heridos; estar dispuesto a ayudar a su pareja a hacer cosas, compartir juguetes y dulces con su pareja, jugar juntos, etc. Especialmente los hijos únicos, deben esforzarse por tener más oportunidades para comunicarse con sus hijos, hacer buenas obras para los demás y para el colectivo, cultivar el espíritu de sus hijos de llevarse bien y cooperar entre sí, y dejar que sus hijos experimenten la alegría de hacer el bien. obras para otros desde una edad temprana.