¿Cuándo empezaron las mujeres antiguas a vendarse los pies? ¿Qué impacto ha tenido en China?
Algunas personas dicen que el vendaje de pies comenzó en la dinastía Sui. La venda de pies comenzó en la dinastía Sui. Según la leyenda, cuando Yang Di fue a Jiangdu, reclutó a cientos de bellezas. Uno de ellos, Wu Yueniang, le pidió a su padre que le hiciera un cuchillo especial y lo envolviera debajo de sus pies con un largo trozo de tela. Luego talló una flor de loto en la suela de su zapato e imprimió estampados de loto paso a paso mientras caminaba. El desvergonzado emperador Yang Di la vio y quiso admirar sus piececitos, así que la llamó para que se acercara. No esperaba que Wu Yueniang apuñalara al emperador Yang Di con una daga. El emperador Yang Di fue asesinado en el acto. Si no puede asesinar a Wu Yueniang, se ahogará en el río. Más tarde, el emperador Yang Di ordenó que a las mujeres con los pies atados ya no se les permitiera entrar al palacio.
Vender los pies afecta el progreso social. Vendarse los pies es en realidad una cultura deformada cuyo propósito es atrapar a las mujeres en el tocador e impedirles salir en público a voluntad. Pero, de hecho, también afectó en gran medida el progreso social, porque en la sociedad feudal de esa época, los hombres tenían que hacer todo y las mujeres sólo podían quedarse en casa para mantener a sus maridos y criar a sus hijos. Si no fuera por vendar los pies, las mujeres podrían hacer muchas cosas por sus maridos, por lo que nuestra sociedad podría ser más progresista.
Vendarse los pies afectó al desarrollo de la danza china. Vendarse los pies puede alterar directamente el desarrollo óseo femenino. Un par de hermosos pies que alguna vez fueron normales se han deformado directamente debido a que los atan y aprietan a la fuerza. Las mujeres no pueden bailar debido a que tienen los pies vendados. Esta es una de las razones por las que la danza tradicional china se ha estancado durante muchos años.
En definitiva, vendarse los pies es un mal hábito. Gracias por vivir una época tan buena en la que no tenemos que soportar un dolor insoportable. Ahora deberíamos valorar la vida que tanto costó ganar.