Argumento fáctico en la historia
Antes de Galileo, Aristóteles de la antigua Grecia creía que los cuerpos que caían tenían diferentes velocidades. Su velocidad de caída es proporcional a su peso. Cuanto más pesado es el objeto, más rápido cae. Por ejemplo, un objeto que pesa 10 kg cae 10 veces más rápido que un objeto que pesa 1 kg.
Desde hace más de 1.700 años, esta teoría que viola las leyes de la naturaleza siempre ha sido considerada como una verdad indudable. El joven Galileo cuestionó audazmente la teoría de Aristóteles basándose en su propio razonamiento empírico. Después de una cuidadosa consideración, decidió realizar su propio experimento. Eligió la Torre Inclinada de Pisa como lugar de experimentación. Ese día trajo dos bolas de hierro del mismo tamaño pero de diferente peso, una pesaba 100 kilogramos y era sólida y la otra pesaba 1 kilogramo y era hueca. Galileo se paró en la Torre Inclinada de Pisa y miró hacia abajo. La torre estaba llena de gente que venía a mirar y todo el mundo hablaba de ello. Alguien dijo sarcásticamente: "¡Este joven debe tener una enfermedad mental! ¡La teoría de Aristóteles no puede estar equivocada!". Comenzó el experimento. Galileo sostuvo una bola de hierro en cada mano y gritó: "Gente de abajo, por favor vean con claridad, la bola de hierro está a punto de caer". Después de decir esto, abrió las manos al mismo tiempo. La gente vio dos bolas de hierro caer paralelas entre sí y golpear el suelo casi simultáneamente. Todos quedaron atónitos. Los experimentos de Galileo revelaron los secretos de la caída de los cuerpos y anularon la teoría de Aristóteles. De acuerdo