He Jiang de la Universidad de Harvard regresó a su ciudad natal.
He Jiang proviene de una familia rural pobre de la provincia de Hunan. Pudo viajar al extranjero y lograr los impresionantes resultados de hoy no sólo gracias a sus propios esfuerzos, sino también gracias a la cuidadosa compañía de sus padres al principio.
En su aldea, es común que los padres salgan a trabajar para ganar dinero, y muchos niños se han convertido en "niños abandonados". Los padres de He Jiang optaron por quedarse en casa y acompañar a sus hijos a crecer. Dijeron que podrían plantar más tierra y alimentar a más cerdos para resolver las dificultades económicas.
Creen en el concepto de "la lectura cambia el destino" y animan constantemente a los niños a estudiar mucho. No juegan a las cartas ni se entretienen, simplemente leen libros y hacen los deberes tranquilamente con sus hijos todos los días. Por la noche, toda la familia lee junta, intercambia experiencias de lectura y organiza un concurso de lectura familiar.
El año pasado, Hunan Satellite TV lanzó un programa "Los niños viajan miles de millas". El primer invitado fue He Jiang, quien pronunció un discurso en la ceremonia de graduación de la Universidad de Harvard como destacado representante estudiantil.
He Jiang proviene de una familia rural pobre de la provincia de Hunan. Pudo viajar al extranjero y lograr los impresionantes resultados de hoy no sólo gracias a sus propios esfuerzos, sino también gracias a la cuidadosa compañía de sus padres al principio.
En su aldea, es común que los padres salgan a trabajar para ganar dinero, y muchos niños se han convertido en "niños abandonados". Los padres de He Jiang optaron por quedarse en casa y acompañar a sus hijos a crecer. Dijeron que podrían plantar más tierra y alimentar a más cerdos para resolver las dificultades económicas.
Creen en el concepto de "la lectura cambia el destino" y animan constantemente a los niños a estudiar mucho. No juegan a las cartas ni se entretienen, simplemente leen libros y hacen los deberes tranquilamente con sus hijos todos los días. Por la noche, toda la familia lee junta, intercambia experiencias de lectura y organiza un concurso de lectura familiar.
Que los padres acompañen a sus hijos a crecer es la mejor tradición familiar y la mejor educación.