¿Cuál es la diferencia entre la escena real del hundimiento del Titanic en la historia y la película?
Una serie de estadísticas sobre las víctimas del Titanic mostraron que cuando el crucero se hundió en la realidad, todos a bordo no fueron tratados con tanta amabilidad como en la película, sino que revelaron una historia cruel y realista. , esto es muy injusto en comparación con la situación actual. Todos sabemos que los cruceros, al igual que los aviones, se dividen en primera clase, segunda clase y clase económica. Las tarifas para cada clase son diferentes y el trato definitivamente será diferente hasta cierto punto. Los pasajeros también disfrutarán más del proceso, de lo contrario el billete de primera clase no se pagará en balde. Entonces, en el crucero Titanic, dado que el número de botes salvavidas en el barco era limitado y era imposible cuidar de cada pasajero, y la primera clase, la segunda clase y la clase económica estaban separadas, ¿cómo se asignaron estos botes salvavidas? Según los datos, la mayoría de los botes salvavidas estaban colocados junto a los camarotes de primera y segunda clase. Si sucede algo inesperado, los pasajeros de estas dos clases definitivamente tendrán una mayor ventaja para escapar que los pasajeros de la clase económica.
Los hechos también ilustran esta verdad. Cuando un crucero se hunde, los botes salvavidas se envían primero al camarote de primera clase y luego al camarote de segunda clase. Este bote salvavidas sólo puede transportar a un tercio de las personas. Por lo tanto, los pasajeros de clase económica son la última consideración. Al final, no hay duda de que la primera clase es la que tiene más supervivientes, seguida de la segunda clase y la clase económica es la que menos. Este hecho contrasta marcadamente con lo que se cuenta en la película. Ante un desastre, el comportamiento de las personas es contrario al trato que reciben, lo que expone el trato desigual en la realidad. Los pasajeros con tarifas elevadas tienen prioridad, mientras que los pasajeros de clase económica quedan excluidos.
De hecho, no importa qué tipo de transporte tomemos o paguemos un boleto, deberíamos tener derecho a disfrutar de seguridad y protección, y no deberíamos ser tratados de manera diferente según la tarifa.