Un ensayo de 400 palabras sobre la historia de Washington

En 1784, cinco años antes de que Washington se convirtiera en presidente de los Estados Unidos, tenía sólo 52 años y casi pierde los dientes. Un dentista le implantó nueve dientes en la boca, que en realidad fueron extraídos vivos de la boca de sus esclavos. Esto es lo que los historiadores acaban de descubrir en arqueología. Washington, el héroe que una vez liberó a los esclavos, de repente cayó en nuestros corazones y nos pareció ver una mancha en el manto sagrado. Pero si lo piensas detenidamente y te sitúas en el contexto social de la época, no sorprende. Sí, consideramos a una persona como un santo porque no la conocemos lo suficiente, por lo que solo podemos mirarla desde la distancia, pintarla con varios colores en nuestro corazón y luego bajar la cabeza para aumentar su altura. En este sentido, deberíamos estar agradecidos por la imperfección de Washington.