Para un ensayo sobre la conmemoración de héroes y mártires, 400 palabras son suficientes.
En abril, aunque las flores son fragantes, llueve. Los pájaros dejaron de cantar y los ríos perdieron su antigua alegría. Con gran reverencia, caminamos con pasos pesados hacia la tumba de los mártires para rendir homenaje a los mártires que fueron enterrados aquí.
Cuando llegamos al Cementerio de los Mártires, toda la escuela permaneció en silencio y el ambiente de repente se volvió solemne. Llevábamos pañuelos de color rojo brillante y sosteníamos dos pequeñas flores blancas en nuestras manos. Los representantes estudiantiles presidieron el izamiento de la bandera del equipo, cantaron la canción del equipo, gritaron carteles, colocaron coronas, observaron un momento de silencio y portaron pañuelos rojos para la nueva generación de jóvenes pioneros.
De pie frente a la tumba de los mártires, mi corazón estaba lleno de altibajos y tenía muchos pensamientos. Los mártires revolucionarios sacrificaron sus preciosas vidas por la dignidad del país; luchamos valientemente para enterrar por completo el viejo mundo y construir una nueva China socialista.
Mártires, cuando la nación china enfrentó un momento crítico de vida o muerte, fueron ustedes quienes construyeron la Gran Muralla de Acero con su propia carne y sangre y lucharon a muerte con los invasores imperialistas japoneses. Caíste, pero miles de "esclavos involuntarios" se levantaron y cantaron la "Marcha de los Voluntarios". Heredad vuestras tareas pendientes; mártires, sois vosotros quienes transformasteis vuestro amor por la patria y por los trabajadores en la fuerza espiritual de compartir el mismo odio con el enemigo durante la batalla. No tenía miedo al sacrificio y avanzó con valentía, anunciando la desaparición de la dinastía Chiang y estableciendo una nueva China en la que el pueblo era el amo del país. Mártires, en el momento en que más se necesitaba la construcción socialista, ustedes abandonaron todo en su vida familiar y personal, dieron un paso adelante sin dudarlo y dedicaron desinteresadamente sus preciosas vidas a la patria y al pueblo, derramando su sangre por toda la patria.
Como nueva generación de sucesores, debemos estudiar mucho, convertirnos en los pilares del país, estar a la altura de las expectativas de nuestros antepasados y estar siempre preparados. ¡Siempre heredaremos el legado de los mártires, seguiremos los pasos de los mártires, avanzaremos hacia un mañana glorioso y dejaremos que la brillante bandera roja de cinco estrellas ondee sobre la patria para siempre!