Prosa lírica de paisajes otoñales
La naturaleza ha pintado un otoño único. Entre las pesadas espigas de trigo y los cristalinos árboles frutales, entre el fresco viento otoñal y los imponentes picos, hay muchos cantantes cantando con cariño esas notas saltarinas son hermosas de hadas. cuentos y esas canciones eufemísticas tiñen los campos de amarillo, las copas de los árboles de rojo y nuestros corazones de luz.
Las hojas de otoño son manos cálidas, ahuyentando el más mínimo escalofrío. Las hojas de otoño son un tren con destino al alma, lleno de alegría y calidez, que difunde el sol de la vida sobre la tierra.
Oye, ¿qué son esas faldas vaporosas?
La naturaleza me dijo que eran hojas de alcanfor. De color verde oscuro, con bordes curvos y pecíolos esbeltos, son como una alfombra tejida por el viento otoñal, una cuna de sueños, que es el lenguaje de la música cantada. Es el bautismo del alma y el regalo que nos trae el otoño.
¡Oye, qué hermosa es esa mariposa voladora!
La naturaleza me dijo que era una hoja de ginkgo. El contorno en forma de abanico, las líneas claramente visibles y el color dorado son como un par de manos suaves, que secan lágrimas tristes y transmiten felicidad eterna. Este es el viento otoñal traído por el abanico de hadas y la cristalización de la influencia de la naturaleza.
Oye, ¿qué es la ternura?
La naturaleza me dijo que era una hoja de arce. El color rojo fuego, las hojas parecidas a palmeras y las hojas puntiagudas son como un conductor, interpretando el arduo trabajo en los maravillosos momentos del director, decorando los campos de trigo dorados. Es el viento otoñal persiguiendo la vida y el encantador atardecer.