Manuscrito (poesía, prosa) de los Juegos Deportivos del Día del Niño.
Superar a nuestros oponentes y a nosotros mismos es nuestro objetivo y nuestra creencia. En el frío comienzo del invierno, el ruidoso atletismo. Enciendes una pasión como el fuego. Atletas, no importa el éxito o el fracaso, estamos orgullosos de ustedes, ¡siempre serán nuestro orgullo! Cuántas veces has sudado como lluvia, y el dolor ha llenado tu memoria, sólo porque siempre creíste que podías vencer luchando. Anímate siempre, hay que trabajar duro para triunfar. El estadio se llena de emoción y se levantan gigantes en el estadio. Cree en ti, vencerás y crearás milagros; cree en ti, tus sueños están en tus manos, este es tu mundo. Cuando todo termine, serás el primero. ¡Cree en ti y superarás tus límites y te superarás a ti mismo! Cree en ti mismo, vamos deportistas, cree en ti mismo. Somos jóvenes y confiados, el aliento de la juventud es como el sol naciente y el poder vigoroso es como la luz del sol. ¡En este momento, la pasarela es nuestro maravilloso escenario y el sonido de los vítores es nuestro mayor premio! Sólo hay una creencia en el éxito y el honor: ¡la lucha! Salir a la pista es una elección. Se necesita coraje para abandonar el punto de partida. Correr en el campo es ganar. Quizás los meteoritos no sean infrecuentes, ¡pero el momento en que ardieron dejó los recuerdos más bellos del mundo!
Quizás las caras sonrientes no sean infrecuentes, ¡pero la alegría de la victoria siempre dejará un hermoso momento al mundo!
Sí, esas cosas que alguna vez fueron hermosas fueron solo por un breve momento, pero los momentos más brillantes quedaron para el mundo.
La victoria es lo que todos persiguen, la alegría de la victoria, el punto de inflexión de la victoria y un nuevo comienzo, ¡la victoria es un nuevo comienzo! ¡Vamos, deportistas! Con ráfagas de pasos poderosos y fuertes gritos, cada pedacito de nuestra juventud se esparce en el campo deportivo. Ondean banderas y suenan tambores. Lo que no puede detenerse aquí es la vitalidad juvenil; suena el disparo, "prepárense para partir", lo que no puede detenerse es el ímpetu de fuego de los atletas. El héroe renuncia a quien soy y la victoria es inevitable. El juramento está impregnado de la alta moral de los atletas. Amigos, ¡animen a los atletas, animen a los deportes! La arena estaba llena de emoción y cada molécula en el aire estaba impregnada de confianza. Quiero gritar: "¡Qué bien se está aquí!
Tu sudor se esparce en la pasarela, riega las flores del éxito. Tu risa vuela en el gimnasio, gana honores para tu clase y te da vida. Considerado el mejor. Corre y persigue en este vasto desierto, eres como un caballo de mil millas y una flecha. Eres más fuerte que un tigre o un leopardo.