Educarlo desde el corazón.
Lo primero es dejar que los niños disfruten de la vida y sientan la belleza de las cosas que les rodean. Si a su hijo le interesan pasatiempos, como escribir, el arte, hacer pequeños experimentos, etc. , se les debe guiar y dar suficiente tiempo para aprender y disfrutar, y serán más positivos y optimistas ante la vida. Si su hijo no tiene pasatiempos, puede sacarlo a caminar, ponerse en contacto con el mundo exterior y probar diversas actividades. Su hijo descubrirá gradualmente lo que le interesa.
Es importante comunicarse más con sus hijos. La introversión de algunos niños es adquirida. Los padres deben comprender los pensamientos internos de sus hijos y dejarles hablar más sobre sus sentimientos. Convierta guiar a los niños para que hagan cosas y aconsejarlos, comunicarse con ellos en un tono amable, permitirles comprender el bien y el mal y sopesar sus propias decisiones. El efecto es mucho mejor que acusar ciegamente a los niños de no poder decir cosas agradables o no. jugando con ellos.
Para los niños introvertidos, la exposición al arte, la música, la ciencia, la literatura y los deportes puede ser una experiencia muy positiva. Los padres pueden realizar más actividades diarias para enriquecer la imaginación de sus hijos y sugerirles que lean cosas nuevas y desconocidas, como libros sobre un tema nuevo. Haga preguntas a sus hijos con regularidad, pídales que piensen en cinco nuevos usos para objetos familiares y juegue algunos juegos de palabras y acertijos creativos. En lugar de comprar un juego nuevo, déjeles que creen uno ellos mismos. A veces puede resultar complicado tratar con un niño introvertido en casa, que utiliza su habitación como refugio seguro. Dales un momento de tranquilidad para que estén solos. Comparta sus necesidades individuales como padre con sus hijos. Dile a tus hijos cómo quieres que sean. Los padres no deben considerar la introversión como un defecto de sus hijos. Simplemente les resulta más difícil dejar que la gente descubra sus fortalezas y preferencias que los niños extrovertidos. Entonces, en lugar de insistir en cambiar al niño, es mejor adaptarse unos a otros y adaptarse a lo mejor.