Traducción criminal
Los fiscales, como traductores, deben respetar las disposiciones de los procedimientos contenciosos y desempeñar sus funciones de manera objetiva y justa de conformidad con la ley. En definitiva, la situación de evitación prevista en la Ley de Enjuiciamiento Criminal se refiere a la situación en la que uno no puede participar en el proceso por interés de las partes o de la tramitación del caso, o por conflicto de deberes. Los procuradores evitarán situaciones en las que deban evitar situaciones y no actuarán como traductores de casos. A diferencia de los investigadores de casos, a quienes no se les permite actuar como testigos, tasadores y defensores al mismo tiempo, no hay conflicto de deberes cuando los fiscales actúan como traductores. Incluso se puede decir que aunque el fiscal que lleva el caso también actúe como intérprete, no habrá conflicto de funciones. Desde una perspectiva instrumental, los traductores que mantienen una postura objetiva e imparcial no se diferencian esencialmente de las máquinas de interpretación simultánea. La objetividad y la imparcialidad son requisitos inevitables de los órganos judiciales para los encargados de los casos, lo que no conduce necesariamente a la pérdida de objetividad e imparcialidad de los fiscales como traductores. Los traductores ayudan y sirven en el trabajo de litigio, complementando las responsabilidades laborales de los encargados de casos en forma y contenido, y no hay ningún conflicto de responsabilidades. Imagínese, una comunicación fluida entre un encargado de casos con cierta experiencia en idiomas y los litigantes con barreras lingüísticas será de gran beneficio para mejorar la eficiencia en el manejo de casos y ahorrar recursos judiciales. Cabe señalar que, si bien la actual Ley de Procedimiento Penal no estipula claramente si los traductores pueden actuar como traductores al mismo tiempo durante las etapas de investigación, procesamiento y juicio, el autor considera que los fiscales no deben actuar como traductores al mismo tiempo en diferentes etapas de un mismo caso. La Ley de Procedimiento Penal de nuestro país menciona principalmente a las personas ciegas y sordomudas. Si estas personas son juzgadas, se les debe dotar de traductores, y los traductores deben cumplir ciertas condiciones para ayudar a los ciegos, sordomudos y otras personas a luchar por sus derechos e intereses legítimos durante el proceso penal. Además, los delitos cometidos por personas ciegas y sordomudas según el derecho penal de nuestro país pueden ser mitigados o exentos de pena hasta cierto punto.