Documento de entrenamiento militar universitario de 3000 palabras.
En unos pocos días de entrenamiento militar, aprendimos mucho. Recuerdo que la postura más común en nuestro entrenamiento militar era la postura de pie. En la cancha de baloncesto de plástico, donde la moxibustión se cocía bajo el sol abrasador, nos quedamos inmóviles con la cabeza en alto. El calor se filtra constantemente desde el suelo, las plantas de los pies nos duelen y duelen y grandes gotas de sudor corren constantemente por nuestras mejillas. No nos atrevimos a limpiarnos e insistimos en quedarnos de pie. Varias veces casi no pude aguantar y quise "dejar de fumar", pero sabía que esto era entrenar nuestra voluntad, por eso cada vez me decía desesperadamente: "Aguanta un poco más, aguanta un poco más, yo "Debo aguantar." Después de estar de pie, siempre me siento muy feliz porque puedo confiar en mi propia perseverancia para persistir hasta el final.
De entre las muchas posturas que hemos aprendido, dar un paso adelante es la más difícil y agotadora. El instructor nos pidió que pateáramos en el aire y nos detuviéramos, luego se acercó para revisar uno por uno. Si descubren que alguien ha cometido un error, lo corrigen inmediatamente. No es fácil caminar con limpieza, por eso nuestros instructores son muy estrictos en el entrenamiento y cada movimiento debe realizarse en su lugar, de lo contrario afectará la limpieza de todo el equipo. Así que después de cada sesión, estábamos todos empapados.
Además del duro entrenamiento, el entrenamiento militar también cuenta con muchas actividades interesantes. Por ejemplo, concurso de tira y afloja, concurso de canto, etc. Aunque nuestra clase perdió el tira y afloja, ganar o perder no es importante, el proceso es la clave. En el tira y afloja, aprendimos a unirnos, animarnos unos a otros y hacer todo lo posible para hacer una cosa. Éste es el verdadero significado del tira y afloja.
El tiempo vuela y medio mes de entrenamiento militar se convierte en un recuerdo en un abrir y cerrar de ojos. Al recordar este entrenamiento militar, surge espontáneamente un sentimiento que ha estado escondido en mi corazón durante mucho tiempo. De hecho, el entrenamiento militar es muy duro, pero muy gratificante, significativo e inolvidable. No puedo olvidar nuestro sudor durante el entrenamiento militar, la forma en que los instructores serios bromeaban con nosotros durante el entrenamiento diario y nuestro arduo trabajo el último día de gimnasia. Todos esperan con energía los resultados de su sudor. Aunque al final no ganamos el primer lugar, ¡fuimos ganadores porque nos derrotamos a nosotros mismos!
El entrenamiento militar es un recuerdo solidificado, pero el sonido persistente que deja el entrenamiento militar todavía resuena. Debemos tener presente el estilo militar, contenernos con una disciplina férrea y controlarnos con una voluntad de hierro. ¡Solo sabiendo hacer esto podremos ser dignos de los profesores que nos acompañan cada día, dignos de la dedicada formación de los instructores y dignos de nuestro propio sudor!