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Hay un gatito codicioso. Un día, vio a su maestro cocinando fideos, por lo que el codicioso gatito quería comer fideos, así que se metió en la olla. Como resultado, el gatito maullaba mientras sostenía agua hirviendo. Cuando el dueño lo escuchó, rápidamente lo sacó. El gatito ya no es codicioso.
Verdad: Ser codicioso te hará daño.