Introducción a Versalles
Durante el terrible período de la Revolución Francesa, el Palacio de Versalles fue saqueado repetidamente por la gente. Los muebles, murales, tapices, candelabros y muebles del palacio fueron saqueados, y las puertas y ventanas del palacio. El palacio también resultó dañado y desmantelado. En 1793, todas las obras de arte y muebles restantes del palacio fueron enviadas al Louvre.
Desde entonces, Versalles ha estado abandonado durante 40 años. No fue hasta 1833 que Luis Felipe de Orleans ordenó la restauración del Palacio de Versalles y lo convirtió en museo histórico.
Datos ampliados:
El Palacio de Versalles es un edificio de estilo clásico La fachada adopta el tratamiento clásico estándar de tres cuerpos, es decir, la fachada se divide en dos verticales y otra. Secciones horizontales. El edificio es simétrico y tiene un contorno limpio y solemne, conocido como el representante de la belleza racional. Su decoración interior es principalmente de estilo barroco, con algunos salones de estilo rococó.
Frente al palacio principal se encuentra un gran jardín "francés" con un estilo único. Las flores, plantas y árboles del jardín son tan ingeniosos que resultan tan hermosos de ver. Los jardines que rodean el complejo también son mundialmente famosos. Tiene un estilo completamente diferente al de los jardines reales clásicos chinos. Totalmente tallado a mano con gran atención a la simetría y la geometría.
Pero Versalles tiene algunos problemas arquitectónicos. Debido a que todo el edificio está construido sobre arena blanda y barro, algunos de los cimientos se hundirán, por lo que los trabajadores de la construcción se muestran reacios a trabajar y nunca reciben buenos salarios.
Cientos de personas murieron en el trabajo, algunas en accidentes, otras contaminadas por la humedad de los pantanos cercanos y otras por fiebre. Se dice que Louis también estaba triste por esto, pero no hizo nada al respecto excepto prohibir a nadie mencionar la muerte y la discapacidad.
Al mismo tiempo, la búsqueda excesiva del gran lujo ha hecho que la función de vivienda sea extremadamente incómoda. En el palacio no había retretes ni instalaciones sanitarias, e incluso el príncipe tenía que orinar en la chimenea de su dormitorio, pero esto puede que no fuera nada para Luis XIV, que sólo se bañaba una vez al año. A Luis XV tampoco le gustaba mucho este dormitorio, pensando que aunque era espacioso y lujoso, no hacía calor. Éste es el defecto de Versalles.