Una fábula sobre la superación personal
El pequeño caracol preguntó a su madre: ¿Por qué tenemos que soportar este caparazón duro y pesado nada más nacer?
Mamá: Como nuestro cuerpo no tiene huesos que nos sostengan, sólo podemos gatear, pero no muy rápido. ¡Entonces necesitamos la protección de este caparazón!
Caracol: La hermana Oruga no tiene huesos y no puede gatear rápido. ¿Por qué no tiene que cargar con este caparazón duro y pesado?
Mamá: Como la hermana Oruga puede convertirse en mariposa, el cielo la protegerá.
Caracol: Pero el Hermano Lombriz no tiene huesos y no puede arrastrarse rápido, ni puede convertirse en mariposa. ¿Por qué no lleva este caparazón duro y pesado?
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Mamá: Como el hermano Gusano puede perforar la tierra, la tierra lo protegerá.
El pequeño caracol se puso a llorar: Somos tan pobres que ni el cielo ni la tierra pueden protegernos.
La Madre Caracol lo consoló: "¡Así que tenemos conchas! No dependemos del cielo ni de la tierra, dependemos de nosotros mismos.