Intercambio de experiencias sobre cómo adaptarse al desfase horario mientras se estudia en el extranjero
En primer lugar, debes empezar a ajustar tu patrón de sueño una semana antes de un vuelo de larga distancia y adaptar tu sueño a las condiciones de tu vuelo. Esto puede aliviar los problemas causados por el desfase horario. Por lo general, si la diferencia horaria entre el lugar de destino y el de salida es superior a 4 horas, lo mejor es empezar a ajustar el tiempo de sueño tres o cuatro días antes de la salida. Si su destino de viaje es el oeste, acuéstese tarde y levántese tarde todos los días, una o dos horas más tarde al principio, y luego aumente gradualmente a tres o cuatro horas; si vuela hacia el este, acuéstese temprano y llegue; madrugar todos los días. Además, insistir en hacer ejercicio puede evitar eficazmente las molestias del desfase horario causadas por la inmunidad humana reducida.
En segundo lugar, preste atención a la hora de salida al reservar billetes de avión. El momento ideal para despegar es cuando el avión despega por la noche y te despiertas a la hora de aterrizar. Cabe recordar que si vuelas de noche lo mejor es dejarte dormir en el avión. Si no te duermes, lo mejor es dormir una hora antes del amanecer, de lo contrario tendrás una reacción de sobrepeso después del aterrizaje. Algunos excursionistas sugieren que los pasajeros que tienen problemas para dormir puedan utilizar la dieta del vuelo para adaptarse. Por ejemplo, los alimentos ricos en carbohidratos, como los pasteles y los dulces, pueden vigorizar a las personas, pero debido a que consumen más energía en el proceso metabólico, las personas se sentirán cansadas una o dos horas después de comer estos alimentos.
Introducción a formas de adaptarse al desfase horario cuando se estudia en el extranjero; los ajustes dietéticos también pueden ayudar a reducir el desfase horario.
La dieta también es sumamente importante para el desfase horario. Algunos viajeros sugieren aumentar la ingesta de alimentos tres días antes del vuelo. El desayuno y el almuerzo son principalmente alimentos ricos en proteínas, como carne, productos de soja, huevos, etc., y la cena se compone principalmente de alimentos ricos en carbohidratos, como pasta, arroz, postres, patatas, etc. Dos días antes del vuelo, reduce la ingesta de alimentos y haz que las tres comidas sean principalmente alimentos bajos en calorías, como verduras, frutas, sopas claras, etc. Las recetas del día antes del vuelo son las mismas que las recetas de los tres días antes del vuelo, y las recetas del día antes del vuelo son las mismas que las recetas de los dos días antes del vuelo. Además, bebe mucha agua durante el vuelo y trata de evitar bebidas estimulantes que contengan alcohol y cafeína. Después de llegar a su destino, no coma demasiado de una vez para evitar aumentar la carga sobre su tracto gastrointestinal y agravar las molestias provocadas por el desfase horario.