La Red de Conocimientos Pedagógicos - Conocimientos sobre estudiar en el extranjero - Nunca he estado en la Nueva Biblioteca.

Nunca he estado en la Nueva Biblioteca.

Sí. Cuando tenías dieciocho años, conociste a una chica que te gustaba y te pidió que le enseñaras a nadar. Dices, está bien, lo haré.

En este momento, te lamentarás de haberte enamorado alguna vez de la natación. En diferentes etapas, de repente me enamoré del aprendizaje, porque sentí que aprender podría hacerme feliz, ganar algo y darme directamente una sensación de logro. Ser capaz de hablar con personas de ideas afines te hace brillar entre la multitud.

Primero, el momento en que se resuelve el problema

Cuando estaba en la escuela, lo que más me gustaba era hacer problemas de matemáticas. Desde no entender la pregunta en absoluto hasta resolver con éxito la respuesta, la sensación de logro en ese momento es la más deseable. Cuando hablo con otros sobre cómo dibujar y reemplazar líneas auxiliares, siento como si todo mi cuerpo estuviera sumergido en ellas y brillara. Incluso si no eres un estudiante destacado, aún puedes resolver tus dudas con tus propios esfuerzos, y ese momento de luz seguirá haciendo que las personas estén dispuestas a aprender.

En ese momento vi el encanto de aprender y, lo que es más importante, vi el progreso que podía lograr. No solo resolví problemas de matemáticas, sino que luego me lamenté de haber aprendido cuándo puedo resolver una cosa en la vida.

En segundo lugar, el momento de charlar con amigos.

Cuando tantas personas en el mundo de repente charlan sobre el mismo tema con extraños o personas que les agradan, el deseo de saber más es también el amor por aprender.

Entre tantos números vagos, esa persona puede tenerlo claro porque tú y ella habéis aprendido lo mismo. Qué bendición. Hablemos de música, hablemos de películas, cotilleemos, estudiemos juntos... y todo esto es porque tú los has estudiado y experimentado.

En ese momento estaré muy feliz y me encantará aprender.

Tsai Kangyong dijo una vez: Cuando tenías 15 años, te resultaba difícil nadar, así que dejaste la natación. 65, 438+08 años, conoces a alguien que te gusta y te invita a ir a nadar, pero tienes que decirle "no puedo". Cuando tenía 18 años, el inglés me resultaba difícil y lo abandoné. Cuando tienes 28 años, hay un gran trabajo que requiere inglés, entonces tienes que decir "no puedo". Cuanto más problemáticos sean tus primeros años de vida y más perezoso seas para aprender, más fácil te resultará extrañar a las personas y las cosas que te interesan y el nuevo escenario más adelante.

Llegará un momento en el que te darás cuenta de lo acertado que estabas al enamorarte del aprendizaje.

Y ese momento es cuando solucionamos problemas, cuando charlamos con amigos y cuando nos rodea una sensación de logro.