Ensayos filosóficos sobre enemigos imaginarios y conciencia competitiva
¡No te acostumbras! Creo que el hambre es la mejor maestra. Si no lo alimentas, naturalmente comerá por iniciativa propia cuando tenga hambre.
Sin embargo, después de pasar hambre todo el día, todavía se negaba a comer.
Caminé hasta su lonchera y quise guardarla. En ese momento, de repente me rugió, asustándome.
Resulta que pensó que le iba a robar la comida.
Di dos pasos hacia atrás y observé.
Lo vi engullir un trozo de salchicha de jamón en unos pocos bocados.
Me quedé estupefacto.
Después de comerse uno, se lamió los labios, meneó la cola y me pidió otro.
Ya está, le dejo comer unas salchichas de jamón.
Este es el papel de los enemigos imaginarios.
Los cachorros necesitan enemigos imaginarios para estimular su vitalidad, entonces, ¿por qué las personas no necesitan enemigos imaginarios? Sin enemigos imaginarios no habría sentido de competencia; sin sentido de competencia, la mayoría de la gente caería en la mediocridad.