Prosa sobre encuentros vitales
Realmente siento que en este mundo, tú eres tú y yo soy yo. No hay principio, ni proceso, ni fin. Son siempre simples líneas paralelas, deslizándose en sus propios mundos.
No creo en los encuentros casuales. Después de todo, el mundo es demasiado grande y la posibilidad de encontrarnos es demasiado pequeña, pero el destino del cielo es tan extraño. Cuando nos conocimos, gradualmente se convirtió en recuerdos. ¿Aún recuerdas tu viaje a la montaña Qinghua durante el Festival Qingming? No puedo creer que te conocí en la montaña. Somos de equipos diferentes, pero nos encontramos por casualidad en el camino hacia la montaña. Nos reunimos para cenar en la cima de la montaña y nos encontramos bajo la brillante luz de la primavera. Tu rostro emocionado está lleno de curiosidad por las montañas y lo sagrado de la naturaleza. Gritas y animas a lo largo del camino. En el camino disfrutamos del hermoso paisaje y hablamos sobre él, lo cual fue bastante educativo. Sabe a un amigo que conocemos desde hace años.
Se puede ver que no has escatimado esfuerzos para escalar. La timidez del pasado ha desaparecido y te has convertido en un "alkie" vigoroso y honesto. La montaña Qinghua es un pico único en las montañas Qinling. Hay muchos monumentos y templos en la montaña, especialmente el Buda Reclinado. En la cima de la montaña * * * adoramos al Buda reclinado, nos quedamos cerca del abismo, miramos a nuestro alrededor, exhaustos, preocupados y deprimidos, como debería ser la vida.
El pequeño árbol acaba de revelar sus hojas puntiagudas, balanceándose levemente con la brisa primaveral. La hierba extiende silenciosamente sus gruesas hojas jóvenes y mira tímidamente a su alrededor. El pájaro extiende suavemente sus alas y vuela en el aire. Saltando alegremente entre las ramas. Mirando hacia arriba, ves el cielo azul y las nubes blancas, el cielo azul es como un lavado, las montañas están en silencio y los pasos son apresurados. Agachando la cabeza, las nubes flotan, las montañas se cubren de humo y el crepúsculo se hace más denso. Nos sentamos en la cima de la montaña, a veces charlando libremente, a veces susurrando y a veces mirándonos en silencio. Esta piedra demuestra que nuestras quejas están ahí. Hay tiene que escucharlo, nuestras voces están ahí. Los pájaros tienen que entender dónde está nuestro corazón.
Un encuentro casual, la belleza de la espontaneidad. ¡Bendito seas, la vida es como el sol! ¡Bendito seas, la felicidad florece como una flor!