¿Cómo se descubrió la función hematopoyética de la médula ósea humana?
Durante miles de años, poetas, filósofos y médicos han vinculado estrechamente la sangre con la vida. Especularon que la sangre se formaba al respirar el aura de la naturaleza o se transformaba a partir de la esencia de los alimentos. Sin embargo, no entendieron la verdadera fuente de la sangre.
Cabe decir que el ser humano se ha dado cuenta muy pronto de la importancia de la médula ósea. En la antigüedad, la gente comía médula ósea de animales, pensando que era nutritiva. La medicina tradicional china cree que la médula ósea se forma mediante la combinación de agua, semen de grano y qi del riñón, que penetra en el espacio óseo y puede elevarse en cantidad suficiente y reponer la médula cerebral. En Occidente, la médula ósea se considera una fuente natural de calor y energía. Shakespeare dijo: "Tus huesos no tienen médula, por eso tu sangre está fría".
La gente parece darse cuenta de que existe alguna conexión entre la médula y la sangre. A principios del siglo XIX, los médicos pedían a los pacientes con enfermedades hematológicas que comieran médula ósea para reponer sangre, pero el efecto no fue muy grande. No fue hasta mediados del siglo XIX que el científico médico alemán Newman y el científico médico italiano Bizzozero descubrieron el misterio de la hematopoyesis de la médula ósea, respectivamente.
Newman publicó un artículo titulado "The Role of Bone Marrow in Blood Formation" en el "Bulletin of Medical Sciences" publicado en junio de 1868+00, informando que hay una gran cantidad de glóbulos rojos nucleados en la médula ósea, que son los principales componentes de la sangre, el precursor de los glóbulos rojos, por lo que concluyó que la médula ósea es la base de producción de los glóbulos rojos. Casi al mismo tiempo, el científico médico italiano Bizzozero también confirmó que los glóbulos rojos nucleados son los precursores de los glóbulos rojos anucleados. También señaló que los glóbulos blancos también se producen a partir de células de la médula ósea. Los descubrimientos de Newman y Bizzozero despertaron inmediatamente un gran interés en la comunidad médica, y muchos científicos médicos comenzaron a estudiar más a fondo el origen de las células sanguíneas y propusieron varias teorías. Por ejemplo, algunas personas creen que los glóbulos rojos son producto de la desintegración de los núcleos de los glóbulos blancos. Algunas personas proponen que la hemoglobina es fagocitada por células primitivas para formar glóbulos rojos. Otros insisten en que los glóbulos rojos se forman en el hígado. Aunque estas interpretaciones son incorrectas ahora, fue el debate entre estos diferentes puntos de vista lo que impulsó fuertemente la investigación en profundidad en hematología en ese momento.
Dado que los glóbulos rojos anucleados maduros se transforman a partir de glóbulos rojos nucleados inmaduros, ¿cómo se produce esta transformación? En otras palabras, ¿cómo se convierten los glóbulos rojos nucleados en glóbulos rojos anucleados? Algunos creen que el núcleo en realidad no desaparece, sino que simplemente cambia de forma y ya no es visible. Los estudiosos que apoyan la desaparición del núcleo se dividen en dos grupos: un grupo, representado por Newman, cree que los glóbulos rojos son reabsorbidos por la propia célula durante el proceso de crecimiento; los partidarios de Bizzozero creen que el núcleo es expulsado de la célula durante el proceso de crecimiento; proceso de maduración. Debido a las limitaciones de los métodos de investigación, fue difícil para ambas partes presentar pruebas suficientes para refutar a la otra parte. Además, cada uno tenía un trabajo más importante que hacer y la discusión se calmó rápidamente. No fue hasta mediados del siglo XX, con el desarrollo de la fotomicrografía y la aplicación de la microscopía electrónica, que se comprendió mejor este problema. Los hallazgos actuales respaldan la opinión de Bizzozero et al. de que el núcleo es expulsado de la célula durante la maduración.
Ahora sabemos que la médula ósea es la base para producir células sanguíneas. La médula ósea puede producir 200 mil millones de glóbulos rojos cada día; 654,38+00 mil millones de glóbulos blancos y 400 mil millones de plaquetas. Así como el petróleo enterrado en las profundidades de las rocas subterráneas es la garantía básica para la producción y la vida humana, la médula ósea es la garantía básica para una serie de importantes actividades vitales del cuerpo humano.