Tendencias evolutivas del ojo humano
El ojo humano es extremadamente complejo. Es un sistema fotográfico perfectamente interconectado compuesto por aproximadamente 40 subsistemas independientes, entre ellos la retina, la pupila, el iris, la córnea, el cristalino y el nervio óptico. Increíblemente, los ojos, el nervio óptico y la corteza visual son subsistemas completamente separados y distintos. Sin embargo, pueden trabajar juntos para capturar, transmitir e interpretar hasta 654,38+0,5 millones de pulsos de información en un milisegundo. Se necesitarían literalmente docenas de supercomputadoras Clay perfectamente programadas y coordinadas para completar esta tarea. (Cita de: Lawrence O. Richards, "Cannot Occur Naturally", Thomas Nelson Company, 1989, 139-140.)
Se puede decir que los ojos del pulpo son especiales para las profundidades marinas y están especializados instrumentos, pero su aplicación alcance limitado. Los ojos de los humanos y los vertebrados son buenos para capturar imágenes dinámicas y coloridas y se utilizan ampliamente. Esto se debe al entorno de vida.
Por lo tanto, mientras el entorno de vida de las personas permanezca sin cambios, los ojos no evolucionarán hasta convertirse en pulpos. Tal como está, el ojo humano está lejos de haber evolucionado o incluso degenerado. Pero el hombre posee la riqueza más preciosa que le otorga la naturaleza: la sabiduría. A través de instrumentos como microscopios y telescopios, los ojos humanos básicamente no evolucionan tomando prestados productos de la sabiduría. La evolución sólo ocurre en un entorno natural donde sobreviven los más aptos.