La Red de Conocimientos Pedagógicos - Conocimientos históricos - ¿Por qué se debe enseñar a los niños a no torcer las orejas?

¿Por qué se debe enseñar a los niños a no torcer las orejas?

Torcer las orejas duele y es fácil de lograr, pero no recomiendo que los maestros ni los padres utilicen este truco para disciplinar a sus hijos.

¿Por qué? Dejando a un lado el analfabetismo, la cuestión es el peligro. Una fuerza excesiva puede torcerle las orejas y provocarle mareos. El oído humano es un órgano extremadamente sensible.

Debajo de la piel de la raíz de la oreja, hay muchas ramas nerviosas superpuestas, incluido el nervio auricular mayor, el nervio occipital menor y el nervio vago. Cuando te pellizcas la base de la oreja, sentirás un dolor agudo.

Este dolor puede provocar reacciones como aumento del ritmo cardíaco, aumento de la presión arterial y respiración acelerada. El pellizco es tan fuerte que uno se desmaya. No sólo torcer las orejas, a veces una palmada en la oreja también es muy peligrosa.

En lo profundo de la base de la oreja se encuentra el cerebro, que es el vínculo entre el tronco del encéfalo y la médula espinal. La piel y los músculos de la base de la oreja son extremadamente finos. Si se golpea lo suficientemente fuerte como para dañar el cerebro, puede matar a alguien.

Si se golpea en el oído, el tímpano del oído medio puede romperse debido al impacto de la fuerza externa y las ondas de aire. Las consecuencias son sangrado de oído, dolor, tinnitus e incluso pérdida de audición. En ocasiones se acompaña de mareos, náuseas, shock o incluso fractura del hueso temporal, fuga de líquido cefalorraquídeo, coma, parálisis facial, conmoción cerebral, etc. En casos severos, puede causar la muerte. Algunos padres todavía piensan que apretar los oídos es la forma menos dañina de castigo corporal, pero como todo el mundo sabe, este daño potencial no es pequeño en absoluto. Por tanto, debemos abandonar este mal hábito educativo.

A algunos jóvenes también les gusta torcer las orejas cuando pelean. Aquí tienes un recordatorio: ¡no uses demasiada fuerza!