Sobre la imagen heroica de Julián
Lian tiene un carácter ideológico que trasciende los tiempos. Anhela cambiar su humilde destino. Rompió las cadenas de las creencias religiosas en la era feudal y luchó valientemente contra la autocracia feudal. Admiraba las ideas y teorías de Napoleón y Rousseau. Es este carácter ideológico de la gente moderna el que es incompatible con la restauración de la dinastía Borbón que condujo a la tragedia de Julien. Julián pronunció un apasionado discurso en el tribunal de primera instancia: "No tengo ningún honor de pertenecer a tu clase. A tus ojos, soy un campesino que resiste un destino humilde". "Nunca te pediré perdón. No me hago ilusiones. La muerte me espera: esto es justo."
Comparada con la tragedia griega antigua, la tragedia de Julien puede considerarse una "tragedia social". Su carácter se distorsiona en el crisol de esta sociedad. Todo los motivos son por el propio honor. Su padre y su hermano despreciaban su frágil cuerpo, pero su corazón era orgulloso, fuerte y no estaba dispuesto a admitir la derrota, lo que llevó a la tragedia. Ni siquiera él mismo se dio cuenta de que su lucha siempre estuvo rodeada de ética feudal y que la atmósfera de la época había cambiado, pero aún tenía grandes expectativas en sus esfuerzos y en las leyes de supervivencia de la sociedad.