¿De qué país viene Lego?
Lego tiene su origen en Dinamarca y es la marca clásica más popular entre padres e hijos en todo el mundo. El Grupo LEGO es un fabricante de juguetes de fama mundial, cuyas ventas se sitúan constantemente entre los diez mejores juguetes del mundo. Los juguetes Lego acompañan a muchos niños a medida que crecen. A los ojos de niños y padres, LEGO incluye las necesidades diarias en las que vivimos ahora y representa felicidad, imaginación ilimitada y un futuro lleno de creatividad.
Los bloques Lego son los juguetes favoritos de los niños. Estos bloques de construcción de plástico tienen protuberancias en un extremo y agujeros en el otro, y vienen en más de 1.300 formas. Básicamente, cada forma viene en 12 colores diferentes, siendo los principales el rojo, amarillo, azul, blanco y verde. Se basa en el cerebro y las manos de los niños para crear infinitas formas, lo que hace que las personas se vuelvan adictas. Se llama "bloques de construcción de plástico mágicos".
El papel de Lego en los niños
1. Fomenta la creatividad
Los ladrillos Lego son una excelente manera de fomentar la creatividad y mostrar cómo los niños aprenden, razonan e imaginan. Dale a tus hijos un montón de ladrillos LEGO sin instrucciones preestablecidas para despertar su interés y permitirles descubrir cómo usarlos. A través de prueba y error descubrirán cómo adaptarlos para que lo que ven en sus cabezas se convierta en realidad.
2. Mejorar y desarrollar la motricidad fina.
El tamaño y la forma de los ladrillos LEGO, y cómo encajan entre sí, son fantásticos para desarrollar la motricidad fina y desarrollar la fuerza. Necesitan aprender a sostener pequeñas piezas granulares y a girarlas, rotarlas y manipularlas para ensamblarlas. Al girar y torcer, conectan los músculos de los dedos, las manos y los brazos, haciéndolos más fuertes y flexibles.
3. Fomentar el intercambio y las habilidades sociales.
En el trabajo en equipo en las clases de LEGO, al compartir y ayudar a los niños a interactuar, LEGO puede introducir y fomentar el buen espíritu deportivo. Es posible que dos niños quieran la misma pieza o que un grupo de niños quiera jugar un número limitado de juegos al mismo tiempo. Al turnarse o interactuar con alguien, aprenden a compartir valores y la amabilidad suele ser recompensada.