La Red de Conocimientos Pedagógicos - Conocimientos históricos - Cuando llegues a la mediana edad, acepta tu propia mediocridad. ¿Crees que tus hijos deben ser geniales?

Cuando llegues a la mediana edad, acepta tu propia mediocridad. ¿Crees que tus hijos deben ser geniales?

Edad media: Aceptar su propia mediocridad no significa que ya no buscará una vida y una carrera mejores. Como padres, queremos que nuestros hijos vivan una vida mejor y alcancen mayores niveles de rendimiento. Por tanto, la idea de hacer que los niños sean excelentes es normal y razonable.

Llegar a la mediana edad

Sin embargo, debemos reconocer las diferencias y la diversidad entre las personas, así como el valor individual y la belleza de cada persona. Cada uno tiene su propia singularidad y diferentes caminos de desarrollo, así como diferentes opciones y valores de vida. Por lo tanto, obligar a los niños a trabajar en una determinada dirección no garantiza su éxito y felicidad, pero puede causarles estrés y confusión.

Como padres, debemos ayudar a nuestros hijos a comprender sus intereses y talentos, respetar su personalidad y sus elecciones, brindarles un buen entorno y apoyo para su crecimiento, y alentarlos a buscar la autorrealización y el crecimiento. Al mismo tiempo, también debemos tener cuidado con la ansiedad y la presión excesivas causadas por la competencia y tratar de crear una atmósfera relajada y libre para que los niños crezcan.

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En el proceso de búsqueda de la excelencia en nuestros hijos, también debemos permanecer racionales y equilibrados con nuestras propias expectativas. Aceptar la propia mediocridad no significa dejar de perseguir el progreso y el crecimiento, sino tener más claro los propios valores y fortalezas, y fijarse metas y planes razonables para uno mismo. Al mismo tiempo, también debemos prestar más atención a nuestra salud física y mental y a nuestra satisfacción interior, y afrontar la vida y la carrera con una actitud más pacífica y segura. Lo más importante es que debemos establecer una visión correcta de la vida y los valores para nuestros hijos, cultivar su capacidad de pensamiento independiente y su confianza en sí mismos y permitirles convertirse en personas verdaderamente sobresalientes.

Equilibrio racional