¿Por qué Rodin le cortó las manos a la estatua de Balzac?
Rodin tenía un sueño desde pequeño: aspiraba a convertirse algún día en un artista tan grande como Leonardo da Vinci y Miguel Ángel. Una vez se postuló con confianza para la École des Beaux-Arts de París, que había admirado durante mucho tiempo, pero fracasó tres veces. Durante el tercer examen, el examinador le escribió este comentario: "No tengo talento en esta vida. Es una pérdida de tiempo seguir postulándose para el examen". Para el joven Rodin, esto fue realmente un duro golpe.
Desesperado, Rodin llegó al monasterio y se hizo monje. Un día, el decano descubrió que Rodin estaba haciendo al azar algunas figuritas con barro. El decano quedó atónito ante estas maravillosas y vívidas obras de arte. El decano le dijo a Rodin: "No deberías quedarte aquí, usa tu arte para servir a Dios". De esta manera, Rodin se dedicó nuevamente al arte.
En 1891, Rodin aceptó un encargo de la Asociación de Escritores Franceses para crear una estatua del difunto maestro literario Balzac. Para completar mejor la obra, Rodin hizo 17 estatuas de Balzac de una vez, pero no quedó satisfecho con ninguna de ellas. Un día, Rodin estaba pensando en una estatua. Sucedió que el escultor Bourdel vino a visitarlo y vio que las manos de Balzac estaban bellamente esculpidas. No pudo evitar admirarlas y se quedó mirándolas durante mucho tiempo. Después de que Rodin descubrió esta situación, hizo algo inesperado: la mano originalmente perfecta de Balzac desapareció. Rodin insistió en que "el sentido del todo está por encima de todo" y "si un detalle distrae la atención del espectador, por muy bello y conmovedor que sea, debe ser descartado sin piedad".