El incidente del smog fotoquímico de Los Ángeles es uno de los ocho mayores peligros públicos del mundo.
En la década de 1940, Los Ángeles tenía 2,5 millones de automóviles, consumían alrededor de 1.100 toneladas de gasolina cada día, emitían más de 1.000 toneladas de hidrocarburos (CH), más de 300 toneladas de óxidos de nitrógeno (óxidos de nitrógeno), y más de 700 toneladas de monóxido de carbono (CO). Si a eso le sumamos otras emisiones provenientes de la quema de petróleo en refinerías y estaciones de suministro de petróleo, estos compuestos son arrojados a los cielos sobre la soleada Los Ángeles, creando una fábrica de smog tóxico. Este tipo de humo provoca enrojecimiento de los ojos, dolor de garganta, asfixia, mareos y dolor de cabeza. Este tipo de neblina es causada por los gases de escape de los vehículos y las emisiones de gases residuales industriales. Generalmente ocurre al mediodía o por la tarde en verano, cuando el sol brilla, la humedad es baja y la temperatura es de 24 a 32 °C. Las olefinas y el dióxido de nitrógeno (NO2) de los gases de escape de los automóviles se emiten a la atmósfera y absorben la energía de la luz solar bajo una fuerte irradiación ultravioleta. Las moléculas de estas sustancias se volverán inestables después de absorber la energía de la luz solar y las cadenas químicas originales se destruirán para formar nuevas sustancias. Esta reacción química se llama reacción fotoquímica y su producto es smog fotoquímico altamente tóxico. En 1947, los ciudadanos de Los Ángeles, que sufrían de smog fotoquímico, designaron áreas de control de la contaminación del aire para estudiar la naturaleza y las fuentes de los contaminantes y explorar cómo cambiar el status quo.
El incidente de contaminación fotoquímica de Los Ángeles supuso un punto de inflexión en la gestión medioambiental en Estados Unidos. No sólo dio origen a la famosa Ley de Aire Limpio, sino que también jugó un papel protagonista en la gestión medioambiental. En Los Ángeles, el núcleo de las medidas de gestión ambiental incluye: establecer zonas de gestión de la calidad del aire para aumentar la autonomía de los departamentos regionales de gestión ambiental con el fin de implementar políticas ambientales de la manera más efectiva; establecer un sistema de permisos de emisión para controlar estrictamente las fuentes de emisión; regulaciones estrictas sobre las fuentes de contaminación del tráfico Estándares de protección ambiental (desde motores de combustión interna, gasolina hasta emisiones) abriendo el mercado de comercio ambiental e introduciendo medios orientados al mercado para la reducción de emisiones ambientales invirtiendo fuertes esfuerzos de investigación científica y gestión para desarrollar software de evaluación ambiental universal; y tecnología eficaz para el control de la contaminación. Después de casi 40 años de gobierno, incluso cuando la población de Los Ángeles se triplicó y el número de vehículos motorizados se cuadruplicó, el número de días en que se emitieron advertencias sanitarias en el área se redujo de 1977 a 184 en 2004.