Los profesores de secundaria piden a los padres que corrijan la tarea.
En primer lugar, no favorece que los profesores comprendan la situación del niño.
La tarea puede reflejar la situación de aprendizaje de un niño, especialmente la tarea que el niño hace mal, lo que puede reflejar la debilidad del niño en un determinado aspecto. Si el maestro entrega toda la tarea a los padres para que la corrijan, será más fácil para él, pero no favorece la enseñanza porque no hay forma de comprender de antemano la situación de aprendizaje del niño. También es imposible enseñar de manera específica, por lo que este enfoque en realidad tiene muchos aspectos irrazonables.
En segundo lugar, ayuda a padres e hijos a comunicarse.
Aunque entregar tareas a los padres para que las corrijan no ayuda a que los maestros comprendan la situación de sus hijos, es posible que algunos padres no tengan el tiempo y la energía para cuidar de sus hijos. Sin embargo, permitir que los padres corrijan las tareas de sus hijos puede mejorar la relación estrecha entre padres e hijos. También permite a los padres comprender mejor las fortalezas y debilidades del aprendizaje de sus hijos y educarlos de manera específica. Por tanto, no es del todo inútil que los padres corrijan los deberes de sus hijos.
En tercer lugar, es más apropiado combinar las dos partes.
Como profesor debes tener las cualidades más básicas. Corregir las tareas de los niños está dentro del alcance del trabajo y los maestros no deben imponer todas las tareas a los padres. Sin embargo, los padres también pueden ganar mucho corrigiendo los deberes de sus hijos. Por tanto, los dos pueden considerarse de manera integral. Los maestros pueden pedir a los padres que pasen más tiempo con sus hijos haciendo la tarea, revisando la tarea de sus hijos y corrigiendo cualquier error de manera oportuna. Los docentes también deben hacer bien su trabajo y cumplir con sus responsabilidades.