Lo que no se puede perder es la composición ordinaria.
El origen de una persona puede ser alto o bajo, pero la muerte es igual; la calidad de vida puede variar mucho, pero las emociones son las mismas. No importa cuán noble o rica sea una persona, también experimentará momentos bajos en la vida y, pase lo que pase, cambiará. Lo único que no nos puede faltar en la vida es lo ordinario.
La cotidianidad es como un lago sin ondas. Cuando no sopla brisa, la vida es tan tranquila como un espejo, clara como el cristal, pero disfrutamos mucho de esta comodidad y tranquilidad. Cuando el viento sopló desde la presa hacia el lago, el lago empezó a balancearse, la vida empezó a inquietarse y el lago tembló ligeramente, pero pudimos afrontar con calma varios problemas prácticos que surgieron. Cuando fuertes vientos barren el lago y pesadas gotas de lluvia caen del cielo, nuestras vidas son como una caja de especias volcada y los cinco sabores comienzan a mezclarse. Lloramos, reímos, nos ponemos histéricos, nos golpeamos el pecho, intentamos encontrar el verdadero sentido de la vida a partir de la tormenta y también intentamos romper el mundo de los mortales en la vida. Afortunadamente, la tormenta eventualmente pasará, dejando atrás la tranquila superficie del lago tras el cielo despejado y nuestro anhelo de paz y armonía.
No importa cuán altos y bajos sea la vida, no importa cuán turbulento sea el mundo, el largo eje del tiempo eventualmente señalará lo ordinario. Durante nuestra vida, los demás se ríen de nuestra monotonía, nosotros nos reímos de la soledad de los demás, luchamos unos por otros y no interactuamos entre nosotros, pero al final todavía nos llevan con ellos a medida que envejecemos, nos quitan nuestra almas lejos, y dejó atrás un cuerpo inmóvil. El cadáver finalmente se convirtió en una voluta de humo y desapareció del mundo.
O se echa de menos la inocencia de la infancia o se añora la sabiduría de la vejez. Cuando éramos niños, éramos corrientes porque no podíamos comprender la crueldad y la crueldad de la vida. Vivimos en un mundo estrecho y nos entretenemos. En nuestros años crepusculares, hemos experimentado muchas cosas y nuestros horizontes se amplían constantemente. Aquellas cosas que alguna vez nos descarrilaron y nos hicieron perseguir con nuestras vidas ya no son importantes. La vida ordinaria es el tema principal. Alegría, enojo, tristeza, alegría, estas son las expresiones que llenan nuestras emociones.