Diferentes ingredientes para barbacoa
El sábado por la mañana, mis padres fueron a trabajar y yo estaba sola en casa. Justo cuando no sabía qué hacer, de repente sonó el teléfono de casa. Cuando miré, resultó ser mi madre. Respondí rápidamente el teléfono. Mamá dijo que la tía va a hacer una barbacoa en su almacén al mediodía, así que vámonos todos. Estaba tan feliz que inmediatamente empaqué mis cosas y caminé hasta la casa de mi tía.
Creo que esta barbacoa es diferente porque esta vez la asamos nosotros mismos y la comemos nosotros mismos. Originalmente acordamos hacer una barbacoa la semana pasada, pero no pudimos salir por algunas razones en nuestra comunidad, así que no comimos. Pero ahora por fin podemos hacer una barbacoa juntos.
A las diez de la mañana fuimos al almacén de nuestra tía y sacamos la parrilla y la comida. Por supuesto, hay algunos condimentos. A continuación, trabajemos juntos. Mi tía y yo éramos responsables de construir la parrilla, y mi prima y yo éramos responsables de recolectar leña. Después de un tiempo, se completaron todos los preparativos y comenzó oficialmente la barbacoa.
En primer lugar, el pollo a la parrilla es el favorito de todos nuestros niños: las alitas de pollo. Puse mucha comida en la parrilla una tras otra, temiendo que no nos llenáramos, y no paré hasta que no hubo espacio para nada en toda la parrilla. Todo fue guardado y luego vino la ansiosa espera. Usé cartón para avivar el fuego y usé pinzas para voltear las alitas de pollo.
Después de un rato, el olor a carne pronto llegó a mi nariz, haciéndome la boca agua. No podía esperar para abalanzarme sobre él y comer todo lo que pudiera. Pero mi tía dijo: "Aún es temprano, ¿cómo es que es tan rápido? Hay que agregar condimentos y hornear lentamente".
No sé cuánto tiempo tomó, pero cuando escuché el “chirrido” de las alitas de pollo, seguí echando aceite y finalmente terminé. No podía esperar para tomar un puñado y ponerlo directamente en mi boca, haciéndome gritar. Más tarde, asamos puerros, maíz y salchichas... Comimos y bebimos lo suficiente, y volvimos a jugar en el almacén...
El tiempo feliz siempre es tan corto, y antes de que nos diéramos cuenta, ya era tarde Eran más de las cuatro, así que tuve que regresar a mi casa y reunirnos nuevamente la próxima vez. Nos despedimos de mala gana y damos por finalizada esta interesante barbacoa.