Los "Detalles" elaboran una "lista positiva" para que los docentes ejerzan su poder de sanción educativa. ¿Crees que esto será efectivo?
El “Reglamento” establece una lista positiva para que los docentes ejerzan su potestad de sanción educativa, aclarando las conductas de los estudiantes que desobedezcan, alteren el orden, se comporten desordenadamente, estén en peligro y atenten contra derechos e intereses. Las escuelas y los maestros pueden imponer simultáneamente sanciones educativas según el grado de la infracción, que van desde nombrar y reprender hasta suspensión o suspensión por no más de tres semanas, lo que otorga a los maestros el derecho legal de ejercer sanciones educativas. Desde la perspectiva de las normas, el castigo educativo no es sólo el derecho a la educación, sino también los medios que se pueden utilizar. Esta es también la obligación de los docentes y las medidas que se deben tomar. Por ejemplo, las escuelas y los profesores deben evitar que los estudiantes cometan malas conductas o malas conductas graves estipuladas en la "Ley de Prevención de la Delincuencia de Menores", imponer sanciones educativas y fortalecer la moderación disciplinaria.
Por otro lado, la normativa también prohíbe claramente siete tipos de conductas educativas inapropiadas, delinea la línea roja del comportamiento docente y estipula el castigo para los docentes que cruzan la línea. El establecimiento de una lista negativa no sólo favorece la distinción del castigo educativo del castigo corporal, sino que también favorece la supervisión social y una mejor protección de los derechos físicos y mentales de los estudiantes. Según la definición de las normas, el objetivo del castigo educativo es educar, no castigar. La frontera del castigo es la educación. Esto requiere mejorar las capacidades de gestión educativa y los niveles de gobernanza legal de las escuelas y los docentes. Los docentes no sólo deben comprender correctamente las reglas de implementación del poder del castigo educativo, sino también fortalecer la formación docente y mejorar la conciencia y la capacidad de los docentes para desempeñar correctamente sus funciones.
Al mismo tiempo, el ejercicio del poder educativo y disciplinario de los docentes no puede separarse de la comprensión y cooperación de los padres y de la promoción de la educación cooperativa entre el hogar y la escuela. De lo contrario, si los padres se preocupan demasiado por sus hijos, no respetan los derechos educativos de los docentes y no cooperan con los comportamientos de gestión educativa de los docentes, los docentes aún pueden ser vulnerables a las críticas y no se atreven a hacer uso de este derecho legal.