Reflexiones sobre la enseñanza reflexiva de la monta de toros
Pregunté a los alumnos cuánto tiempo llevaban estos jinetes montando a lomos de los toros. "Dos o tres segundos", respondieron los estudiantes al unísono. Luego les pedí a los estudiantes que supieran cuánto duran dos o tres segundos y que contaran juntos: "1, 2, 3". "¿Es largo?", Pregunté de nuevo. "No mucho." "¿Nadie puede someter a estos bisontes salvajes?" Los estudiantes naturalmente encontraron la frase "Sólo hay un jinete con altas habilidades, aunque...". "¡Este ciclista es increíble!" Les pedí a los estudiantes que me dijeran dónde lo vieron y rápidamente encontraron la palabra "firme". "¿Esta vaca es obediente?", pregunté de nuevo. Los estudiantes se dieron cuenta de que la vaca estaba salvaje porque saltaba como loca. Les pedí a los estudiantes que imaginaran qué más haría la vaca. Los niños pensaron: "Esta vaca se dará vuelta muy rápidamente e intentará derribar al jinete". Luego guié a los estudiantes para que observaran los movimientos del jinete: con una mano en alto. Se puso de pie con una sola mano agarrando el lomo desnudo de la vaca. A través de la observación, los estudiantes obtuvieron una comprensión más profunda de las magníficas habilidades de los ciclistas. Una frase tan sencilla nos muestra a un jinete hábil a través del contraste entre la locura del toro y la soberbia habilidad del jinete. Los niños no pudieron evitar admirar al jinete.
Al final del artículo, el jinete respondió a la pequeña: "Niña, no lo sabes, me he caído del lomo del toro miles de veces". para explicar lo que entendieron. La respuesta del alumno es sencilla: me he caído muchas veces. Les pedí a los estudiantes que imaginaran: ¿Qué pensó y hizo el ciclista cuando se cayó por primera vez? La segunda vez, la tercera vez... Un niño inmediatamente dijo: "La primera vez que me caí del lomo de la vaca, el jinete pensó que estaba bien, así que se levantó y saltó sobre el lomo de la vaca. Inesperadamente, Se cayó del lomo de la vaca la segunda vez. Baja. Esta vez, mi cuerpo estaba magullado y mis manos sangraban, pero él soportó el dolor y se levantó y saltó sobre el lomo de la vaca... Entonces se cayó. bajó una y otra vez, se levantó una y otra vez y saltó sobre el lomo de la vaca..." Niño. Su discurso fue realmente maravilloso, y los estudiantes inmediatamente respondieron con un caluroso aplauso.