La Red de Conocimientos Pedagógicos - Conocimientos educativos - En la leyenda de Mi Yue, somos hermanas. ¿Por qué los hijos de Miyue y Migu son tan diferentes?

En la leyenda de Mi Yue, somos hermanas. ¿Por qué los hijos de Miyue y Migu son tan diferentes?

La razón principal es que después de que apareció Mi Yue, desvió la atención del rey Qin y obtuvo el favor que Mi Fu había recibido antes del rey Qin. En segundo lugar, la forma en que Yi Shu educa a sus hijos es demasiado cariñosa. Naturalmente, el rey Qin no la favorecerá después de crecer en el cariño.

De hecho, se puede ver en la experiencia de vidas pasadas de Miwa. Debido a que creció con mimos y mimos desde que era niña, Miwa no era consciente de los peligros del harén, y mucho menos de las luchas invisibles. . La desaparición de Huaihuai fue el resultado del cariño de Hou Wei, lo que llevó al declive gradual de Chu desde su apogeo.

Sin embargo, después de que Yi Shu dio a luz al niño, no se dio cuenta de las deficiencias de Hou Wei en la crianza del niño. En cambio, continuó siguiendo el ejemplo de Hou Wei y tratando a su hijo errante con cariño. Como resultado, Dangdang se ha vuelto arrogante y dominante desde la infancia. No sólo intimidaba a los débiles del harén, sino que también vilipendiaba a los funcionarios de la corte. Sin embargo, Mi Yue es diferente. No adora mucho a su hijo Ying Ji.

Al principio, Mi Yue solo quería que Ying Ji estudiara mucho y se convirtiera en un niño inteligente y sensato. Ella no le pedía mucho y no quería que se convirtiera en príncipe. Mi Yue pasa más tiempo con su hija Ying Ji, guiando a Ying Ji paso a paso por el camino correcto a través del entretenimiento y la enseñanza. Los métodos educativos de Mi Yue no solo mejoraron sus sentimientos por sus hijos, sino que también hicieron que Ying Ji dependiera de ella. Esto se debió enteramente a que Mi Yue era una mujer muy fuerte.

La gran diferencia entre Kongdang y Yingji se debe a los diferentes métodos educativos de sus madres. Esto también muestra indirectamente que, ya sea en la antigüedad o en los tiempos modernos, la educación nunca puede consistir únicamente en obediencia y cariño hacia los niños.