¿Cuál es el punto central de este artículo "Leer un libro realmente bueno"?
Texto original:
Feuerbach decía: El hombre es lo que come. Al menos en lo que respecta al alimento espiritual, esta afirmación es cierta. El gusto espiritual de una persona puede juzgarse aproximadamente a partir de sus materiales de lectura. Por supuesto, una persona que mantiene conversaciones sinceras con filósofos y escritores antiguos y modernos mientras lee y medita, y una persona que sólo lee anécdotas sobre celebridades, tienen mundos interiores completamente diferentes.
Incluso quiero decir que ellos también viven en un mundo exterior completamente diferente, porque este mundo no es fijo y presenta diferentes caras a diferentes personas. Estrictamente hablando, no se puede decir que la buena lectura y la buena lectura sean buenas leyendo.
El llamado gusto significa que puedes vivir una vida espiritual a través de la lectura, manteniendo tu pensamiento sobre el mundo y la vida en un estado fresco. Los libros realmente buenos del mundo deberían poder desempeñar ese papel, no sólo proporcionarle información o entretenimiento.
Este artículo está extraído de "Reading Really Good Books" de Zhou.
Antecedentes ampliados en la redacción de datos:
La educación es crecimiento, el crecimiento es el propósito y no hay otro propósito excepto el crecimiento. Me gradué en el Departamento de Filosofía de la Escuela de Graduados de la Academia China de Ciencias Sociales. Investigador del Instituto de Filosofía de la Academia China de Ciencias Sociales, famoso erudito, escritor e investigador de filosofía chino contemporáneo, y uno de los eruditos famosos de China que estudia al filósofo Nietzsche.
Zhou, nacido en Shanghai en 1945, tiene un doctorado en filosofía y es educador y educador profesional. Si no tiene la sabiduría para discernir al mismo tiempo la naturaleza humana, lo que dice fácilmente se limitará a la experiencia o se ceñirá a detalles psicológicos, pareciendo superficial, trivial y mediocre. Ahora enumero mis ideas educativas favoritas, siete en total. También podría llamarlas siete máximas de la educación.
Tienen las características de los proverbios: apuntan directamente a la esencia de las cosas y son tan simples como los huesos de un oráculo y tan simples como el sentido común. Es una lástima que la gente se pierda en la ilusión de las cosas y prefiera creer en todo tipo de falacias difíciles y complicadas, pero olvidar el simple sentido común. Sin embargo, las mentes aún simples sentirán cómo estos proverbios tocan el punto clave de la educación actual y cómo nuestra educación necesita volver al sentido común y a la verdad más básica de la educación.