El Imperio Británico entre los Siete Imperios
La Revolución Gloriosa de 1688 derrocó el dominio feudal, y limitó claramente el poder real por ley en el documento "Declaración de Derechos" promulgado en 1689, estableciendo una monarquía constitucional burguesa. El establecimiento del sistema capitalista proporcionó a Gran Bretaña una productividad sin precedentes, permitiendo que su economía, su fuerza militar, su ciencia y tecnología y su cultura se desarrollaran rápidamente, lo que marcó el ascenso de Gran Bretaña.
La toma de Canadá de manos de Francia después de la Guerra de los Siete Años en 1763 marcó el surgimiento de Gran Bretaña como la supremacía marítima indiscutible. Después de derrotar al Primer Imperio francés liderado por Napoleón en 1815, Gran Bretaña se convirtió en el país más grande del mundo y dominó los asuntos internacionales durante un siglo. Este período se conoce como el Raj británico.
Como el imperio más poderoso del mundo, la contradicción con el emergente Segundo Imperio Alemán no puede conciliarse. En 1914, Gran Bretaña entró en la Primera Guerra Mundial.
Durante 1922 después de la Primera Guerra Mundial, las colonias alemanas fueron capturadas de acuerdo con la Conferencia de Paz de París, y su territorio alcanzó su mayor extensión, cubriendo una cuarta parte de la superficie terrestre y una cuarta parte de su población, convirtiéndose en el colonia más grande de la historia mundial. Dado que los territorios y posesiones del imperio abarcaban siete continentes y cuatro océanos, incluida la Antártida, existía un dicho que decía que "el sol nunca se pone en Gran Bretaña" y se lo describía como el segundo "imperio en el que el sol nunca se pone" después del Imperio español.
A mediados del siglo XX, especialmente después del final de la Segunda Guerra Mundial, con el surgimiento de movimientos nacionalistas globales y el declive del poder nacional británico, el Imperio Británico se desintegró gradualmente.